El espíritu de la lucha leonesa

EL ESPÍRITU de la Lucha Leonesa (Lucha por León) habría de impregnar todo lo leonesamente reivindicable. De lo trascendente -la Identidad Leonesa- a lo cotidiano; a los agravios de cada día: el mastín leonés a punto de sernos arrebatado o la línea alta tensión a punto de sernos encalomada y precisamente por la luchística divisoria Ribera/Montaña (La Vecilla, Vegaquemada, La Ercina, Cistierna...). Al hilo de lo anterior, una vez más invocamos el testimonio del escritor José Antonio Llamas Fernández, oriundo de la luchística ribera del Esla y viejo aficionado a la lucha. No hace mucho nos hacíamos eco de su sentencia en el sentido de que con denominación de León ya sólo nos quedaba el mastín leonés y la Lucha Leonesa. Bueno pues a la vista de los últimos acontecimientos ya puede el bueno de Toño Llamas ir tachando lo del mastín, mientras que lo de «el aluche o los luches o la luche o los aluches...» ha de resultar de lo más sencillo añadirles el apellido de castellanoleonés. Denominación de origen ganada paa la causa castellana o castellanoleonesa que para el caso es lo mismo toda vez que no incorporan la «y», por más que traten de enmascarar con el guión y como para quedar bien. Más recientemente este mismo escritor recababa el apoyo de los intelectuales leoneses para pronunciarse contra el trazado de la línea de alta tensión Lada-Velilla. Y lo hacía en unos términos que conectaban con ese espíritu de la Lucha Leonesa (Lucha por León), en su mensaje más reivindicativo. «¡Salvemos el paisaje y la memoria de la Montaña Leonesa! Ahora que ya sólo somos paisaje también éste nos lo quitan». Sólo que, desde León, nos lo ponemos difícil (leonesamente) y se lo ponemos fácil (castellanamente). Verbigracia y en el plano luchístico, el denominado «Regional» -castellanoleonés obviamente- parece que tampoco se les atragantó este año; lo siguieron tragando tan campantes y sin el menor asomo de mala conciencia. Tampoco en esto se detecta el cambio federativo ¡Ay, la sumisión de los sumisos! Y mercantilistas. Ya saben, en cazurro «dáme pan y llámame pardal». Y ya saben también, un Regional a mayor gloria de San Villalar para nada menos que «crear conciencia de Comunidad». A eso se prestan un año sí y otro también los jerarcas del más regionalmente leonés de todos los deportes. Pero ¿y el sentimiento y el espíritu y el mensaje de Leonesidad y tal y tal y tal de la Lucha Leonesa dónde queda? Algunos con tal de eludirlo y de seguir mercantileando serán capaces de derivar lo de Campeonato Regional a Campeonato Autonómico/Nacional/Continental/Mundial... Y los luchadores que, salvo excepciones, leonesamente insensibles y considerablemente mercantilistas. Recuerden «dáme alpiste y llámame gorrión» que es a lo que equivale en cazurro lo del trigo y el pardal. Total, directivos y ganapremios van a gusto en la burra y están cada vez más inmunizados (de los aguijonazos). Y la afición adormecida, anestesiada, narcotizada... Mismamente como la Región Leonesa. Y a todos los niveles del panorama político. Todo ello representan facilidades para colonizar desde Castilla -«potenciar lo castellano para hacer Comunidad»- hasta la Lucha Leonesa, convirtiéndola en Lucha Castellanoleonesa; o aún más fácil se lo pondríamos haciendo el tránsito directamente a «aluche castellanoleonés». Ya se intentó colonizar anteriormente desde Asturias en los años sesenta, cuando León estaba adscrito al Distrito Universitario de Oviedo, con la denominada «Lucha Asturleonesa» y así apareció en algún medio. De nuevo en el horizonte el reto beligerante de la Lucha Leonesa; luchar hasta el final leonesamente.