Aranzana retoma el timón de León
Baloncesto León ya tiene nuevo entrenador y no es precisamente nuevo. Era el primer nombre en la agenda del equipo y ayer el club anunció a primera hora en una nota de prensa el fichaje de Gustavo Aranzana y la presentación para la una de la tarde. En un ambiente más que cordial comparecieron antes los medios de comunicación en el Palacio de Deportes el presidente Marcial Manzano y ya técnico del equipo, que hizo una auténtica declaraciones de intenciones en esta primera comparecencia. Sólo quiere oír hablar de ascenso. Aranzana planteó que Baloncesto «es un club de ACB, estructurado y la ciudad se merece el ascenso». En su opinión, «desde ya hay que intentar trabajar como un equipo de ACB para poder lograr al final el ascenso». «Quiero el año que viene ser ACB y esto supone asumir un reto pero hay que ser valiente, porque soy ambicioso, soy ganador y aquí sólo vale ascender o ascender», planteó el técnico. Y para ello auguró que habrá «un proyecto ilusionante para la afición, con un equipo competitivo aunque no tengamos el mejor presupuesto de la liga». Y es que, en su opinión, el principal aval del club «es que está bien estructurado y es serio, por lo que puede asumir su papel y competir porque tiene estructura suficiente para dar el salto de la LEB a la ACB, aunque yo considero que nunca dejó de ser ACB». Aranzana aseguró: «Aquí sólo vale subir, no hay más y no tengo miedo porque desde el primer día en el que empecemos los entrenamientos la exigencia será máxima». Y aventuró que «la afición esperará mucho», pero también planteó: «Para esa única meta necesitaremos el apoyo de todo el mundo». Aranzana recordó que en el tercer partido del play off contra el Menorca estuvo en la grada y comentó que «esa afición tan comprometida es la que puede lograr un ascenso». E incluso bromeó sobre la buena suerte que trae a Baloncesto León ya que al único partido al que pudo acudir de esa eliminatoria fue también la única victoria. «Entre todos podemos ascender, pero es necesaria esa ilusión de todos, de la afición, de los medios de comunicación, de los patrocinadores, de las instituciones, de los empleados, de toda la ciudad... Hay que llenar las gradas con cuatro mil o cuatro mil quinientas personas de media en cada partido de la temporada para poder luchar por esa meta», aseguró el técnico. Aranzana recordó su final con el equipo hace ocho años: «Cuando salí de Baloncesto León quise dejar la puerta abierta, y por lo que estoy viendo aquí seguimos todos, aunque más cargados de experiencia y con la capacidad de tomar las decisiones más tranquilos. El destino es cíclico y yo siempre ha mantenido que para mí este sitio significa mucho». Y recordó su dolor en esa misma sala de prensa del Palacio de Deportes el día del descenso de León y defendió que no fue él el culpable.