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La FIA pide explicaciones y afirma que no puede romper sus reglas

La Federación cita a declarar a los equipos que usan Michelín para el próximo 29 de junio Fernando Alonso llegará lider al ecuador del calendario en Francia

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Daniel Roldán - parís | madrid
León

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Las diferentes partes del monumental lío del Gran Premio de Estados Unidos tomaron posiciones ayer sobre un conflicto que sólo ha comenzado. La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) dejó clara su postura sobre el esperpento de Indianápolis y garantizó que no irá contra su propias normas. Además, citó a las siete escuderías rebeldes -Renault, Toyota, BAR Honda, Williams, Sauber y McLaren- a declarar en su sede parisina el próximo 29 de junio, y estudia una fuerte sanción económica. Michelin, mientras tanto, volvió a defender a ultranza su idea de no competir con sus deteriorados neumáticos por razones de seguridad. El punto de controversia sigue ligado a la ya famosa chicane de la curva 13 del óvalo americano. Los equipos Michelin la querían para evitar la degradación de sus ruedas y evitar posibles riesgos a los pilotos. En este primer punto, la FIA fue rotunda: la culpa es de los equipos. «La fórmula 1 es una competición deportiva que debe operar según unas reglas claras que no deben negociarse cada vez que un competidor lleva un equipamiento inadecuado a una carrera», indicó la federación en un comunicado oficial. La FIA también dejó claro que los equipos rechazaron la opción de limitar la velocidad en esa zona. «Una menor velocidad de los equipos Michelin en la curva 13 habría sido el resultado directo de contar con un material inferior, algo que suele suceder en la fórmula 1», subrayó. Las críticas de la Federación no cesaron ahí, ya que acusó a las escuderías de falta de limpieza. «Los equipos Michelin parecían incapaces de entender que su postura implicaría falta de deportividad y contravendría las reglas. Los equipos Bridgestone tenían los neumáticos apropiados y no necesitaban aminorar la marcha en ese punto». La FIA recordó que el 1 de junio escribió a todos los equipos y a ambos fabricantes de neumáticos, y les comunicó que las ruedas deben de ser fabricadas para responder adecuadamente bajo cualquier tipo de circunstancias. «Una chicane habría forzado a todos los coches, incluidos los equipados con neumáticos ideados para altas velocidades, a correr en un circuito notablemente alterado, en el que se pasaría de rodar a muy alta velocidad a hacerlo despacio y en una zona revirada», expuso la FIA en su pliego de argumentos. Al ataque La organización continúo desmontando los argumentos del fabricante francés y sus socios de no correr en Estados Unidos, un país en el que la F-1 ha podido cerrar su última puerta de entrada. Para la FIA, la solución para evitar el bochorno del pasado domingo era clara. «En vez de boicotear la carrera los equipos Michelin deberían haber aceptado correr aminorando la velocidad en la curva 13. De esta forma, las reglas se habría cumplido, ellos habrían tenido la opción de sumar puntos y los espectadores habrían tenido una carrera», indicó el organismo que ha exigido explicaciones verbales a los máximos responsables de las escuderías. Por su parte, Michelin volvió a defender su postura de no correr por falta de seguridad. El director adjunto de competición de la marca gala, Fréderic Henry-Biabaud, aseveró que su decisión fue «responsable y profesional». «Tratamos de poner en marcha todo un dispositivo e hicimos recomendaciones a la Federación apoyadas por todos nuestros socios y dos (Jordan y Minardi) no equipadas con nuestros neumáticos», comentó el directivo a la radio francesa BFM. Henry-Biabaud descartó que esta polémica vaya a influir en su mercado estadounidense. El director deportivo de Michelin, Pierre Dupasquier, admitió que sus neumáticos no soportaban las exigencias del circuito americano e insistió en que no sabían las causas de la debilidad de la estructura del neumático.

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