Ronaldinho ante Riquelme

Brasil y Argentina se enfrentan, hoy, miércoles, en la final de la Copa de las Confederaciones, con la vista puesta en Ronaldinho y Román Riquelme, los jugadores que durante el torneo han asumido el liderazgo de ambos equipos. Ronaldinho se ha ceñido la corona en Alemania. Elegido Mejor Jugador del Mundo por la FIFA, en la Copa de las Confederaciones se ha visto favorecido por las ausencias de Ronaldo, Roberto Carlos y Cafú para lograr el ascendente sobre sus compañeros que le ha permitido lucir el brazalete de capitán desde el tercer partido, cuando el técnico Carlos Alberto Parreira dejó en el banquillo a Roque Junior. Ronaldinho es puesto como ejemplo por todos. Parreira alaba que fuese la primera «estrella» que, por medio de un comunicado oficial, se mostrase dispuesto a participar en la Copa de las Confederaciones, lo que puso en un apuro a Ronaldo, que finalmente logró que le dispensaran de ese engorro, y a Adriano, que aún no se ha ganado el derecho a elegir a qué competición acude. La FIFA, por boca de su presidente, Joseph Blatter, le ha puesto como ejemplo de lo que debe ser un gran futbolista. «El mejor en el campo y fuera de él. Es una estrella que no ha perdido la humildad», ha asegurado el dirigente suizo. Y en el campo no ha defraudado. Ha marcado dos goles, ha sido el que más pases ha dado (211), el que más saques de esquina ha lanzado (17) y el que más regates ha conseguido (28). Para Riquelme, la Copa de las Confederaciones ha sido la confirmación de que «el príncipe» ha vuelto al máximo nivel. Ensalzado en el Boca Juniors, con el que lo ganó todo, Riquelme fue fichado en el verano de 2002 como la «gran estrella» del Barcelona que trataba de recuperarse de la pérdida del portugués Luis Figo, fichado por el Real Madrid. No encontró su sitio Riquelme en un club inmerso en múltiples problemas y su carácter taciturno tampoco le ayudó. Cedido al Villarreal, la llegada de Ronaldinho al Barcelona, con su alegría, sus gestos de surfista y su juego terminaron por destronarle. El regreso Ahora, Riquelme ha retornado. Recuperado en el Villarreal, de la mano, curiosamente, de un ex técnico de River, el chileno Manuel Pellegrini, el centrocampista argentino ha confirmado con la selección albiceleste su gran temporada. Fue, junto a Hernán Crespo, la «estrella» en la victoria del Monumental frente a Brasil y, en la Copa de las Confederaciones, ha sido decisivo. Es el jugador del torneo que más pases ha intentado (332), con un porcentaje de acierto elevadísimo (283 llegaron a su destinatario), el que más saque de esquina ha lanzado (20) y, además, ha sido decisivo a balón parado. Marcó de penalti contra Túnez y Australia, y con un golpe franco frente a Alemania. No ha cambiado su semblante. Mantiene la triste figura y el rostro agónico, pero su juego le ha devuelto a la cumbre, porque en la selección de Pekerman, con quien se proclamó campeón del mundo sub'20 en Malasia'97, se siente arropado. En Fráncfort, del juego de Ronaldinho y Riquelme dependerá, en gran medida, que Brasil o Argentina se proclamen campeones de la Copa de las Confederaciones.