Armstrong desafía al mundo para lograr su séptimo Tour seguido

Cuando se retiró durante el mes de marzo en la París-Niza, después de cubrir el peor prólogo de su vida (acabó el 140º), se dispararon los rumores. Lance Armstrong, el corredor imbatible en el Tour de Francia, no parecía el mismo de temporadas anteriores. Se decía que el intenso invierno que había tenido a todos los niveles le había pasado factura. Muchos compromisos personales, a los que se añadieron los de su pareja, la cantante 'country' Sheryl Crow, al cuidado de sus tres hijos. Cuatro meses después de ese lamentable inicio de año, Armstrong es el único favorito para ganar su séptimo Tour de Francia consecutivo. Va a desafiar al mundo del deporte, a sus rivales, al Tour, a él mismo. Sobre todo a él. A punto de cumplir los 33 años -los hará en septiembre-, once años después de ganarle el Campeonato del Mundo de fondo en carretera a Miguel Induráin, en Oslo, el líder del Discovery Channel es un triunfador a todos los niveles. Ha batido records vendiendo 40 millones de pulseras amarillas en todo el mundo. El dinero que ha conseguido ha ido a parar a la Fundación que mantiene para luchar contra el cáncer. Es millonario y tiene su vida, y la de su familia, solucionada. ¿Cómo está físicamente Lance Armstrong? Nadie sabe la verdad salvo él mismo y su director, Johan Bruyneel. En 2004 se presentó en la salida de Lieja con 31 días de competición. El sábado se presentará con 20, sin ganar una sola carrera y generando más dudas que nunca. Dudas que él dice no tener.