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Un huracán llamado Tom Boonen se lleva la primera etapa al esprint

Cañada estuvo en la escapada del día y el CSC controló para mantener a Zabriskie de líder

Publicado por
Benito Urraburu - enviado especial | les essarts
León

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Cuando Lance Armstrong deje el ciclismo de forma definitiva el 24 de julio la irrupción de la nueva generación de jóvenes que ha llegado a este deporte a nivel mundial empezará a explotar todo su potencial. Uno de esos corredores es el ganador de la primera llegada en grupo de este Tour, el belga Tom Boonen, de 24 años, que logró superar al noruego Thor Hushovd, Robbie McEwen y Stuart O'Grday en una meta peligrosa, en la que hubo muchos bandazos. McEwen arrancó desde lejos, buscando el factor sorpresa. Con Boonen, el ganador de la Vuelta a Flandes y de la París-Roubaix esta temporada, ese factor queda en un segundo plano. Todo es desmedido en este ciclista de 192 centímetros de altura, que calza un 46, pesa 80 kilos y en su estreno en el Tour en 2004 ganó dos etapas. ¿Es el hombre más rápido de la historia del ciclismo belga? Depende a quien se pregunte, la respuesta es afirmativa o negativa. De lo que no tiene duda nadie es que ahora mismo está entre los tres mejores esprinters belgas de todos los tiempos junto a Rik van Looy y Fredy Martens, que ganó trece etapas en una edición de la Vuelta a España. Una diferencia importante es que Martens, que llegó a ser doble campeón del mundo de fondo en carretera, nunca logró vencer en una gran clásica. A Boonen le queda mucho tiempo por delante. Lo que ha estado a punto de no quedarle es Tour puesto que anduvo muy cerca de no tomar la salida debido a un problema en un diente que le obligó a acudir al odontólogo el viernes. «Tenía un diente menos en la boca y he metido un diente más en la bicicleta», manifestó después de su triunfo. A la generación de 1980 y 1981 pertenecen, entre otros, es Fabián Cancellara, Alejandro Valverde, Filippo Pozzato o Yaroslav Popovych. La primera etapa en línea del Tour no tuvo mucha historia, salvo en la llegada, donde una caída produjo un corte en el pelotón que dejó a 23 corredores en cabeza, entre los que estaba Jan Ullrich, que entraron con unos segundos a todos sus rivales que los jueces no dieron por válidos. Como las diferencias en la general no son todavía lo suficientemente amplias como para que las escapadas consigan muchos minutos de diferencia, en la que estuvo metido el aragonés David Cañada no llegó a tener más de 4.15 en el kilómetro 91. Saunier Duval estuvo muy activo, primero con David y luego, a falta de dos kilómetros, con Tino Zaballa que se la jugó con el pelotón encima. Junto a Cañada, en el kilómetro 17,5, tentaron a la suerte Laszlo Bodrogi, Thomas Voeckler y Sylvain Calzati. El CSC puso un ritmo cómodo sabedor de que en los kilómetros finales entrarían a trabajar los equipos con hombres rápidos. David Zabriskie mantendría el liderato y la impresión es que el equipo danés va a intentar aguantarlo hasta la contrarreloj por equipos. Zabriskie se va a convertir muy rápido en un ciclista con gancho. Se le nota su inteligencia y un sarcasmo que en algunos momentos puede llevar a confusiones. La preguntaron que «¿cómo ha pasado el día?». La respuesta no tuvo desperdicio: «Encima de la bicicleta». También le dijeron que si perdía 3 o 4 kilos podría luchar por la general del Tour: «Yo me miro al espejo y me veo los huesos, muy delgado. Siendo un esqueleto no se puede andar en bicicleta». Otra perla que soltó Zabriskie es cuando contestó a que era debido su mejoría como ciclista. «Me he enfrentado a la muerte este invierno cuando Rijs nos llevó a hacer ejercicios de supervivencia, acabé en el hospital», confesó riéndose. El maillot amarillo va a dar mucho juego fuera de la carretera.