Diario de León

Armstrong se alía con el diablo

Una caída de David Zabrikie (CSC) a dos kilómetros dejó el triunfo en bandeja al Discovery Channel Los baremos rebajan las diferencias

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Benito Urraburu - enviado especial | blois
León

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La maldición del equipo CSC en la contrarreloj por equipos parece no tener fin. La caída del líder, David Zabriskie, le dejó el camino libre a Lance Armstrong, que volvió a vestirse de amarillo 334 días después de la última vez que lo portó, en 2004 en Paris. El CSC tuvo muchos problemas el año pasado en la contrarreloj, tanto mecánicos como de caídas, y de nuevo en esta ocasión se mascó la tragedia en el equipo danés. Estaban en tiempos de poder ganar la etapa, el Discovery Channel sólo les aventajó en dos segundos en la meta, y perder un corredor pletórico de forma, un especialista contra el crono, además de líder, resultó un golpe moral irreparable. CSC buscaba la victoria en la etapa y mantener el maillot amarillo. Se quedó sin nada. Zabriskie entraba a 1.28 y les faltaron dos segundos para conseguir el triunfo parcial. La general estaba perdida desde el mismo momento en que se cayó. Cuando se ve a Pavel Padrnos, George Hincapie y Yaroslav Popovych dejar cortados a sus compañeros en el último kilómetro, Armstrong incluido, y tener que aflojar un ritmo brutal, con unos desarrollos inhumanos, se entiende menos esa decisión. Cuando se le escucha a Óscar Sevilla balbucear, roto por el esfuerzo, que Ullrich los soltaba a todos de rueda: «Se salía, iba muy, muy fuerte». Cuando se le ve al líder que salió de Tours, David Zabriskie, caerse a dos kilómetros de la llegada, al dar una pedalada en falso (con salida de la cadena) y perder el primer puesto, tras quedarse tirado en el asfalto lleno de golpes, sin que le pueda esperar nadie, no se entiende que la verdad del reloj no sea la que mande. Discovery Channel entró con todos sus corredores en la meta. Johan Bruyneel aprendió en la escuela de la Once, con Manuel Saiz que sólo perdió a Vicioso, cómo preparar esta prueba. Armstrong se alió con el diablo para poder ganar. EL CSC lo tenía todo controlado para llegar con seis corredores. Habían perdido a Roberts, Sastre y Lombardi. El accidente de Zabriskie les dejó en una situación complicada. Les quedaban cinco corredores y precisamente el quinto es quien daba tiempo a todo el grupo. La igualdad entre los mejores equipos de este Tour fue tal que en todos los puntos intermedios marcaron el mismo tiempo. Sólo después de 67,5 kilómetros afloraron esos dos segundos que sirvieron para coronar a Armstrong. José Luis Rubiera decía en la llegada que Lance hace los relevos más largos. «Son de una potencia brutal, el doble que los demás», lo que significa una tensión enorme en todo el grupo. El T-Mobile también se metió en esa lucha, lo mismo que un sorprendente Liberty, que volvió a dejarse ver en una especialidad que siempre se les ha dado bien. El grupo parece haber recuperado la moral. Illes Balears entró con los cinco hombres que eran necesarios en la meta, entre ellos Valverde y Mancebo, y se situó donde Eusebio Unzue esperaba. Euskaltel y Saunier Duval trataron de sobrevivir en un mundo que no dominan y que tampoco les interesa. Armstrong sale de las dos primeras contrarrelojes con 1.21 de ventaja sobre Vinokourov y 1.26 con respecto a Iván Basso. En T-Mobile tendrán que decidir que es lo que hacen en carrera, con un Vinokourov que está demostrando que se encuentra mejor que Ullrich, quien queda a 1.36; González de Galdeano a 1.44, Floy Landis a 1.50, Botero a 2.18, Beloki a 2.43, Heras a 2.58, Valverde a 3.32, Mancebo a 3.39 e Iban Mayo a 5.48. Y sólo llevamos cuatro etapas del tour de la retirada de Armstrong.

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