Diario de León

Valverde no conocerá los Pirineos ydeja el Tour expedito a Armstrong

No pudo superar los problemas en su rodilla y se bajó en el avituallamiento; ganó McEwen

Valverde se agarra su rodilla mientras baja de la bici para dejar el Tour

Valverde se agarra su rodilla mientras baja de la bici para dejar el Tour

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Benito Urraburu - enviado especial | montpellier
León

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El calor ha llegado a la carrera de una forma brusca. En Montpellier, con cerca de 40 grados, la retirada de Alejandro Valverde eclipsaba en cierta medida la tercera victoria de etapa de Robbie McEwen. El líder de la clasificación de jóvenes, el vencedor de la etapa de Courchevel por delante de Lance Armstrong, y quinto clasificado en la general decía adiós a la carrera en el avituallamiento, en el kilómetro 76,5. La rodilla izquierda del corredor de Balears no ha podido soportar las molestias que tenía desde que se golpeó en ella con el manillar en la contrarreloj por equipos. El agua y el frío que hubo antes de los Alpes le han pasado factura. Valverde confirmó en la línea de meta lo que ya se sabía: «No hay palabras para explicar lo mal que me siento. Es duro abandonar en estas condiciones. Físicamente me encontraba muy bien pero con la rodilla en esas condiciones no podía seguir. Ha sido una pena». Ni siquiera llamaron al médico en carrera. Todo era inútil. Si seguía corriendo lo único que iba a conseguir es que se agravasen esos problemas de cara al futuro. A los 25 años, Alejandro Valverde tiene muchos Tours por delante, pero sólo dos rodillas. «He tomado la salida para intentarlo, pero no podía. Cada día he tenido más molestias, sobre todo a partir de Courchevel. Es uno de los días más triste de mi carrera. Para curarme, lo único que podía hacer es dejar de correr», afirmó Valverde. Terminó diciendo que volvería en 2006 para hacerlo al menos como lo había hecho este año. Los Pirineos, que llegan este sábado, con dos finales en alto en AX3-Domaines y Saint Lary, deben de dejar el Tour bastante decidido. Saint Lary, lo más duro Lance Armstrong conoce muy bien el terreno que va a pisar. Se subirán 40,66 kilómetros en seis puertos. El que más daño puede hacer es el de Pailhères, con 15,1 kilómetros de subida y unos porcentajes del 15,1 %. Quedará luego la ascensión final a Ax3-Domaines, que no es muy larga, 7,9 kilómetros con un 8,3% de porcentaje, pero que se complicará mucho por el puerto anterior. Es una etapa que tiene tres fases muy distintas y por lo tanto, enormemente peligrosa. Los primeros 80 kilómetros son totalmente planos. Luego habrá 40 kilómetros con cuatro puertos, tres de cuarta categoría y uno de tercera, antes de afrontar la dureza final en los últimos 60 kilómetros. «Pailhéres es un puerto poco conocido pero complicado, extraño», señalo el americano. Hay que recordar que los Pirineos ya conocen la tiranía de Lance Armstrong. Ha dicho que llevaba hidratándose desde hace tres días para esta etapa, pensando que va a hacer calor. «Beber el mismo día no sirve para nada». En 2000, en Hautacam el único corredor al que no sobrepasó fue a Javier Otxoa. En 2002, en La Mongie, Beloki sólo perdía 7 segundos. Fue la famosa etapa en la que Heras, entonces en el equipo de Armstrong, trabajó para su líder mientras que Beloki no se despegaba mucho de ellos. El año pasado, en La Mongie, sólo Iván Basso pudo estar con él. Klöden finalizaba a 20 segundos y Mancebo, a 24. No sabemos si aprovechará el primer día para atacar, o el segundo. Lo normal sería que lo hiciese hoy, sin esperar a la gran etapa de montaña, «que es la jornada más dura de todo el Tour». Ser conservador Se subirán seis puertos, cuatro de ellos de primera categoría, Menté, Portillon, Peyresourde y Val Louron-Azet, uno de segunda, el Portet d¿Aspet, y finalmente uno de categoría especial, Saint-Lary-Soulan. En total, 52 kilómetros de subidas. La más larga de ellas el Peyresourde, con 13 kilómetros de ascensión. Ninguna de esas subidas es excesivamente larga. Son duras, complicadas, sin descanso. Se encadenan una detrás de otra. El mayor peligro para Armstrong será el danés Rasmussen, que está a sólo 38 segundos. «La diferencia entre Alpes y Pirineos es que allí había más alemanes y aquí habrá más vascos, o igual menos que otros años por razones obvias» comentó. Mancebo, a estar delante Buscarle problemas a Armstrong en los Pirineos es absurdo. En siete años nunca se le ha visto sufrir de verdad. Sin Valverde, después de lo visto en Courchevel, se puede pensar que junto a Rasmussen, Paco Mancebo es otra alternativa seria para estar delante. Atacarle, lo que se dice atacarle, no está al alcance de nadie. Otra cosa es que consigan aguantar su ritmo. Tampoco serán muchos los que lo hagan. Armstrong ha dicho que «voy a ser conservador si veo que no puedo seguir todos los ataques. Es verdad que tengo menos diferencias que otros años pero me queda la contrarreloj». Hay un buen número de ciclistas que necesitan demostrar que se encuentran en el Tour. Corredores como Landis, Leipheimer, Ullrich, Klöden, Iván Basso o Vinokourov, por no citar a más hombres del CCS no tienen mucho margen de mejora. Resulta sorprendente lo que hemos visto: T-Mobile y CSC, que durante la primera semana metían miedo, se diluyeron en los Alpes. Phonak sobrevive con Botero. Después de Mancebo, con la general en la mano, Carlos Sastre y Haimar Zubeldia son los mejor clasificados. El resto están perdidos y con dos finales alto, lo normal es que el Discovery controle puertos hasta la subida final.

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