Los blancos pierden gancho por la visita de otros equipos al país nipón

La pasión por el Real Madrid en tierras japonesas ha comenzado a declinar, a juzgar por la floja asistencia de público en los dos partidos que ha disputado en su tercera visita consecutiva a Japón en pretemporada. Las estrellas madridistas ya no llenan los estadios nipones, al contrario de lo que había sucedido en las dos giras veraniegas anteriores. El estadio de Ajinomoto, donde el conjunto merengue ha disputado este año sus dos amistosos, tiene una capacidad para 50.000 espectadores, pero en ambos choques sobraron más de 15.000 entradas. Uno de los fondos del graderío presentaba ayer, durante el encuentro ante el Jubilo Iwata, una imagen un tanto desoladora con la mayoría de los asientos vacíos. La euforia por ver a los «galácticos» en el archipiélago nipón parece haber menguado. La prensa japonesa explica el menor tirón del Real Madrid entre el público nipón en el número cada vez mayor de equipos europeos de primer nivel que acuden a vender su imagen a la primera potencia económica de Asia. Manchester United, Bayern de Munich, Juventus, Milán y Fiorentina son algunos de los conjuntos que han incluido a Japón en su pretemporada de este año. Sin olvidar al Barcelona que esta semana viajará por tercera vez en el espacio de un año al encuentro de su hinchada nipona. Ante semejante avalancha de figuras, esos equipos están obligados a «elevar el nivel de espectáculo» en sus visitas, según Toshi Imada, periodista de Asahi. «Los japoneses cada vez saben más de fútbol y con las caras no les vale. Quieren que les sorprendan con su calidad técnica», sostiene. La prueba está en las críticas de algunos medios a los jugadores madridistas después de que el equipo cayera ante el Tokyo Verdy, penúltimo en la J-League. El equipo vivió una noche aciaga en la que sucumbió víctima de la sofocante humedad, la dureza con la que se empleó su rival y el cansancio acumulado por la gira. Si bien, señala el periodista que la imagen del conjunto español se seguirá vendiendo muy bien debido a que los japoneses «se vuelven locos» con las marcas y los equipos de moda, al recordar que durante el Mundial de 2002 acudían a los estadios un cada día vestidos con una camiseta diferente.