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El domingo finaliza la temporada de pesca en los ríos no regulados

Los resultados se consideran «muy pobres» en relación con las campañas de los últimos años

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Publicado por
Pedro Vizcay - león
León

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El próximo domingo, día 31 de julio, finaliza la temporada de pesca en los ríos de montaña, aquellos que no están regulados por las grandes presas. El cierre anticipado de estos ríos viene justificándose por la merma del caudal que se produce en estas fechas. A tenor de la extrema sequía que se viene padeciendo, parece que la justificación resulta más que razonable en este año. El problema ahora será evitar que los furtivos hagan su agosto, especialmente con los envenenamientos que eliminan los pocos reproductores que restan y destruyen los alevines. A los pueblos de la montaña acuden con regularidad el mes de agosto miles de veraneantes, oriundos de estos mismos pueblos, que siguen anclados en las prácticas de un pasado, mucho más generoso con las truchas, en el que ir a bañarse y volver con la cena era práctica común. La guardería en estas fechas tiene como principal prioridad los incendios forestales y apenas aparece por el río, ni siquiera para pedir el permiso en los cotos de pesca. Nunca como ahora se echa en falta una guardería dedicada al río en exclusiva, pues puede afirmarse que se le hace más daño al río entre agosto y septiembre que en toda la temporada de pesca. Pero la temporada proseguirá en los ríos regulados que, por el contrario, presentan un caudal excesivo para la práctica de este deporte. Tanto el Esla como el Porma discurren excesivamente altos y con sus aguas muy frías debido a los desembalses por las compuertas de fondo. Precisamente el tramo alto del Esla por encima del azud del canal de Payuelos resulta impescable, además de que sus poblaciones trucheras son mínimas. A la vista de los resultados cabría preguntar a los responsables de Medio A mbiente si merece la pena conservar los acotados de Las Salas o Valdoré, que antaño fueron junto con Bachende, ahora sepultado bajo las aguas, excepcionales. Bien es cierto que los responsables de la sección de pesca no tienen la culpa de los brutales desembalses estivales que controla la Confederación del Duero ni de que la pesca haya quedado relegada ante la producción hidroeléctrica o los regadíos, más por la primera ya que el problema no es tanto el caudal como la temperatura y falta de oxígeno del agua que se evitaría si no se turbinase por las compuertas de fondo. Lo cierto es que se ha condenado a muerte a uno de los mejores tramos de río de León y con él a toda una actividad turística, lúdica y recreativa en una de las zonas más bonitas y, curiosamente, más deprimidas de la provincia. Intentar poner parches en base a promocionar los deportes acuáticos de aguas bravas, para los pescadores, es casi un insulto. También se podrá seguir pescando en los tramos regulados del Luna-Órbigo, del Sil y del Cea, junto con el tramo alto del Curueño, éste último sin muerte. Temporada decepcionante La campaña de pesca que ahora finaliza en los ríos de montaña está resultando, en opinión de la mayoría de pescadores, decepcionante. No puede decirse que los ríos estén muertos, pues pocos años se ha visto la cantidad de alevines y truchas de entre quince y diecinueve centímetros que se ven en éste. En buena lógica estas truchas deberían alcanzar una talla pescable la próxima temporada pero ¿Seguirán en el río?. A estas alturas de la temporada las truchas que al comienzo de la misma daban dieciocho o diecinueve centímetros ya superan los veintiuno, talla mínima que tal vez habría que revisar al alza en los ríos regulados. La cantidad de alimento que tienen el Örbigo, Porma y Esla es impresionante y podría mantener sin ningún problema poblaciones que duplicasen o triplicasen a las actuales. Precisamente esta cantidad de alimento que consiguen sin dificultad incide en que la mayor parte del día estén inactivas y el río parezca muerto para desesperación de los pescadores. Lo cierto es que cada año se pesca menos pese a que las prohibiciones y limitaciones son cada vez mayores. Conseguir un cupo de truchas, cinco, en un tramo libre resulta más que complicado para la mayoría de aficionados. Bien es verdad que los expertos en cebo natural lo vienen consiguiendo y que los especialistas en mosca seca también lo logran en base a utilizar sedales muy finos, bajos de línea muy largos y moscas muy pequeñas, o bien pescando a ninfa. Pero la mayoría de pescadores que utilizan la mosca ahogada, la cucharilla o la seca tradicional cierran la temporada con un promedio de quince o veinte «pintonas» y ello porque siempre hay un día de fortuna. La pesca, sin embargo, sigue enganchando a miles de aficionados entre los que, cada vez mas, se aprecia gente joven y muchas féminas. RIO CAUDAL AGUAS CONDIC. DE PESCA Esla Alto Claras Regulares Porma Algo alto Claras Buenas órbigo Normal Claras Buenas Sil Bajo Claras Regulares Tuerto Bajo Claras Regulares Bernesga Bajo Claras Regulares Torío Muy bajo Claras Malas Curueño Muy bajo Claras Malas Omaña Muy bajo Claras Malas Luna Alto Claras Regulares Eria Muy bajo Claras Malas Duerna Muy bajo Claras Malas Cabrera Bajo Claras Regulares Burbia Bajo Claras Regulares Cúa Bajo Claras Regulares Valcarce Bajo Claras Regulares Selmo Bajo Claras Regulares Ancares Bajo Claras Regulares Cea * Muy bajo Claras Malas * Por debajo del trasvase de Villamartín de D. Sancho recupera caudal.

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