La Cultural vence al Leganés con sólo medio partido de intensidad (2-1)

Álvarez Tomé acometió la segunda prueba de la pretemporada con algunos cambios significativos con respecto al primer once que alineó en Sotrondio el sábado, pero con idéntico esquema. El guardameta Calleja ocupó la portería en detrimento de Aulestia. La cobertura la compusieron el sevillista Galiano y el bilbaíno Goikoetxea, dos defensas que crecieron para el fútbol a la sombra de dos canteras de extraordinaria proyección, como son la del Sevilla y la del Athletic de Bilbao, mientras que los laterales correspondieron a dos veteranos culturalistas, aunque jóvenes aún, Roberto Landáburu y Casquero. La línea media gozó del manejo del balón desde el principio. El todoterreno Soto ocupó muchos metros en la medular y Albert Puigdollers se dedicó a dar balones cortos a ambos lados del rectángulo de juego. Javicho se ubicó en la banda zurda y Pepín en la diestra. El canterano Diego Cascón, con un movimiento casi continuo, trató de abrir huecos en la defensa del Leganés para regocijo de Paulino. Un sistema basado en el 4-4-2, que siempre ha acompañado a Álvarez Tomé, aunque el técnico leonés utilizó algunas variantes tácticas a lo largo del encuentro en cada una de las líneas del campo. El Leganés, por su parte, se trasladó a Benavente con viejos conocidos del culturalismo. El director deportivo del club madrileño es Luis Ángel Duque, entrenador que sustituyó a Álvarez Tomé en la segunda etapa del leonés en el Amilivia. Además, el bloque de Madrid también viajó con jugadores que hasta hace poco más de un mes pertenecieron a la Cultural. El guardameta Raúl Moreno fue recibido con honores por parte de los aficionados culturalistas cuando pisó el rectángulo de juego, mientras que Miguel Alfonso también fue saludado por algunos miembros de la hinchada leonesa desplazados hasta Benavente. El que fuera entrenador de la Cultural, Duque, cuya marcha del club leonés sigue siendo un expediente X, saludó sin esconderse a cada uno de los miembros del consejo de administración de la Cultural. Incluso, bajó a pie de campo para dar un abrazo al vicepresidente culturalista Carlos García, que llegó tarde a la cita y se situó justo detrás del banquillo de Álvarez Tomé para seguir las evoluciones del juego. Los primeros cuarenta y cinco minutos ofrecieron una muestra de lo que debe ser la Cultural de cara a la próxima temporada. Un bloque compacto en cada una de sus líneas y con buen acompasamiento del balón por cada una de las franjas del terreno de juego. El centro del campo, batallador y a la vez con lustre para crear juego, se impuso a los madrileños. Ahí radicó que la Cultural llegara con más peligro hacia los dominios del ex portero culturalista Raúl Moreno. Diego Cascón se movió con soltura y también destacaron algunos disparos a balón parado, sobre todo a cargo de Casquero y Puigdollers. Con un juego sobrio desde la retaguardia hasta la punta de ataque, el equipo leonés llegó con más constancia, pero sin claras ocasiones de gol. Hasta el último suspiro de la primera mitad no se estrenó el marcador. Un saque de esquina botado por Albert Puigdollers fue rematado a la red perfectamente por Soto en el primer palo. El testarazo del centrocampista valenciano dejó a media salida a Raúl Moreno. Los segundos cuarenta y cinco minutos se caracterizaron por los muchos cambios introducidos por los dos entrenadores. Álvarez Tomé alineó a un once diferente al de la primera mitad y su colega Estebaranz hizo casi lo propio. El encuentro perdió intensidad, sobre todo por lo que se refirió a la Cultural, con menos peso específico en el centro del campo. El Leganés lo aprovechó para llegar con más continuidad hacia los dominios de Aulestia. El empate del Leganés llegó en los primeros minutos de la continuación. El engranaje no funcionó, pese al gol postrero de fortuna de Rubén Suárez. La primera parte sí alegra el futuro.