El Barça precisa unos agónicos penaltis para superar al Sevilla Motta, operado por segunda vez, se pierde el inicio de la temporada
El partido fue soporífero durante muchos minutos y sólo los goles animaron el juego
El Barcelona consiguió el pase a la final del Trofeo Ramón de Carranza no sin sufrir hasta el último momento, ya que se tuvo que recurrir al lanzamiento desde el punto de penalti para deshacer el empate a uno que reflejó el partido al final del tiempo reglamentario. Lejos de su mejor fútbol, Sevilla y Barcelona jugaron una semifinal que resultó soporífera en muchas partes del encuentro. Giuly comenzó disparando raso para el Barca en su primer minuto pero sólo fue un espejismo ya que tanto uno como otro conjunto se movían a impulsos abusando de mucho toque sin sentido en el centro del campo. En el 32, poco antes de que Iniesta disparara fuera, Fabiano se volvió a quedar solo pero su disparo se fue a las nubes. Esa jugada marcó el despertar del Barça, que mejoró en ocasiones pero no en juego. Fue el preludio del gol. Corría el 38 cuando una falta de Silvinho la aprovechó Edmilson para cabecear ante la pasividad de la zaga. En la segunda mitad los pupilos de Juande Ramos salieron con las ideas más claras y pronto lograron el empate aprovechando una desafortunada pérdida de balón de Ronaldinho en el centro del campo, robo por presión de Antoñito que cedió a Fabiano, quien falló ante Valdés y Daniel Alves, remató al fondo de las redes. El Barça se fue arriba con más voluntad que cabeza, ya que el Sevilla, muy correcto en defensa todo el partido, sabía deshacer a la perfección los últimos pases del rival. El encuentro acabó con empate y en los penaltis hubo pocos aciertos, sólo acertó Alves y fallaron Renato, Martín y Aitor Ocio, mientras que por el Barça Deko y Van Bomeel no acertaron y si lo hicieron Xavi, Messi y E'too. Una especie de gafe con las lesiones persigue al italo-brasileño Thiago Motta y le impide consolidarse como un futbolista importante en la primera plantilla del Barcelona, donde hizo su prometedor debú en octubre de 2001, en un choque ante el Mallorca. El centrocampista nacido en Brasil pero con pasaporte comunitario e integrado en la disciplina del club desde hace seis años, se perderá el inicio de este curso después de ser operado ayer por segunda vez en menos de quince días, de los quistes que tiene en los dedos pulgares de ambos pies y que le obligaron a abandonar la concentración en Dinamarca. El centrocampista azulgrana de 22 años, con contrato por tres años más, deberá permanecer al menos un mes de baja, por lo que causará baja con total seguridad en la Supercopa de España, que enfrentará al Barça y al Betis, en los choques ligueros contra Alavés y Mallorca, y seguramente también el encuentro del Vicente Calderón contra el Atlético de Madrid, en la tercera jornada.