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Casado, quinto, salva la decepcióndel terceto español en los 1.500

El mediofondista de Bahrein Rasjid Ramzi, de origen marroquí, se adjudicó la medalla de oro

Publicado por
José Antonio Diego
León

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La tradición española de alcanzar el podio en los 1.500 metros, la prueba reina del mediofondo, tendrá que esperar un año más, y van seis, después de la decepción sufrida por el terceto nacional en Helsinki, donde Arturo Casado, el más fiable, sólo pudo ser quinto y lejos de la autoridad demostrada por el campeón, Rashid Ramzi, de Bahrein. Sin la presencia del marroquí Hicham El Guerrouj y el francés Mehdi Baala, los dos primeros en el Mundial de 2003, las opciones de medalla estaban abiertas para los españoles, sobre los que había depositadas importantes esperanzas, incluso para firmar un doblete que hubiera sido histórico. Sin embargo, la historia fue bien diferente. En función de la lógica, las ilusiones en el atletismo no son suficiente para impulsarse sobre el tartán y aunque los españoles lo intentaron, dejaron la impresión de ser inferiores a los tres primeros, Ramzi, el marroquí Adil Kaouch, plata, y el portugués Rui Costa, bronce, como en los Juegos de Atenas. Reyes Estevez, con dos bronces mundialistas -Atenas 1997 y Sevilla 1999-, era el más experimentado y parecía haberse desgastado lo mínimo en las series. Juan Carlos Higuero, en su segundo Mundial, era una incógnita y las luces apuntaban a Arturo Casado, el jovencísimo campeón de España y que había levantado gran expectación. Higuero fue el primero en comandar la prueba, con el fin de ralentizarla, aunque no duró mucho. Estevez le tomó el testigo y pasó primero por el «cuatrocientos» y el «ochocientos». Con un acelerón inusual y un tanto extravagante, el estadounidense Alan Webb cambió el discurrir de la carrera y mermó la fuerza del grupo, especialmente de los españoles, que se refugiaron del estirón demasiado atrás. A la estela del americano emergió Ramzi para liderar la prueba al paso por el 1.200 y sellar su victoria en el último «trescientos», donde Kaouch y Rui Silva se jugaron la plata y el bronce. Un poco más lejos, sin opciones de alcanzar la gloria, Casado terminó quinto, yendo de menos a más y con relativa sensación de que los años le darán el impulso necesario para recoger el testigo de José Luis González, Fermín Cacho o el propio Estevez. En el tramo final, Higuero alcanzó la sexta plaza, de finalista, mejorando las prestaciones de hace dos años en Paris, donde sólo pudo ser duodécimo. Por su parte, el atleta de Cornellá, que no pudo responder al ataque brusco de Webb, se dejó ir en la última recta para entrar penúltimo. Por tanto, la única satisfacción le correspondió a Casado, quinto en su primer Mundial. «Es para estar contento. Me queda mucha progresión y estoy muy satisfecho porque ni siquiera me esperaba estar en la final», dijo. El madrileño reconoció haber llegado a meta «un poco cansado», aunque negó que hubiera sido por los esfuerzos de días anteriores. «La verdad es que entreno día sí y día también, y fuerte, o sea que puedo aguantar los tres días y mucho más, pero sólo he podido ser quinto. Voy progresando y espero que la cosa siga así», confesó. Tampoco excesivamente disgustado se mostró Juan Carlos Higuero. «Dentro de lo que cabe no está mal, teniendo en cuenta el año que llevo, y ya con la plata en el Europeo de pista cubierta. A lo mejor ahora me dedico a preparar sólo el aire libre porque llego un poco cansado», subrayó.

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