Combatir la «marea negra»

Las luces de alarma se han encendido en el atletismo europeo a su paso por los Mundiales de Helsinki, donde, arrasado por la «marea negra», ha quedado reducido a una exhibición de lanzadores. Los responsables de las federaciones europeas han iniciado en Helsinki conversaciones en busca de remedios para atajar la creciente debilidad de Europa, cuna y principal sostén del atletismo, en relación con el resto del mundo. En carreras lisas los atletas europeos sólo han ganado una medalla de plata (el ruso Yuri Borzakovsky en 800) y otra de bronce (el portugués Rui Silva en 1.500). El único oro lo puso Ladji Doucoure, francés de padre maliense y madre senegalesa, pero en 110 metros vallas. Europa se ve cada vez más constreñida a los lanzamientos, un sector que por sus exigencias técnicas y de material especializado no está todavía al alcance de la «marea negra», como se define en el mundillo atlético a la representación africana. De las doce medallas que se reparten las cuatro disciplinas de lanzamientos, Europa sólo ha dejado escapar una: el oro del estadounidense Adam Nelson en peso. En disco, jabalina y martillo los podios fueron exclusivamente europeos. Para las potencias del Viejo Continente se trata de un triste consuelo que no basta para detener la trayectoria descendente del atletismo en una tierra que aporta a este deporte el 80 por ciento de sus recursos mundiales y que recibe cada vez menos. Los miembros europeos del Consejo Directivo de la IAAF (10 de 27) han hablado del problema en Helsinki y pretenden adoptar posturas comunes al respecto. Los primeros contactos apuntan una doble estrategia. Por un lado, eliminar normas que redunden en el predominio creciente de los africanos. Por otro, introducir cambios con cuidado para no herir la sensibilidad de los dirigentes africanos.