Un gol agónico desde el centro del campo deja fuera a la Deportiva

Este año tampoco. La Deportiva cayó una vez más eliminada en una confrontación a doble partido y de nuevo en su terreno de juego como ocurrió la pasada campaña ante el Burgos CF en esta misma competición; contra el Alcalá en la fase de ascenso; y contra el RC Celta de Vigo en la Copa Federación, donde jugó la vuelta fuera, pero se dejó la eliminatoria en casa. De nuevo un partido extraño y con un final de una película de Hitchcock dejó sentenciados a los blanquiazules. Cuando el árbitro había dado cuatro minutos de prolongación y ya todos pensaban que la prórroga estaba servida, la Deportiva igualaba el 0-1. Pero un minuto después llegaba la debacle. Lucas decidió que Soto fuese titular en el centro de la defensa y Krios también jugó de inicio, por lo que Alberto García y Gorka Soria descansaron pensando en venideras jornadas. La Deportiva jugó mal; en el primer tiempo, muy mal. Aunque el entrenador había asegurado esta semana que el equipo iba a salir al campo como si la eliminatoria fuese 0-0, lo cierto es que en la primera mitad los jugadores deambularon por el terreno de juego. Se vio falta de coordinación y problemas físicos. El equipo perdía demasiados balones y era muy impreciso. En los primeros 88 minutos la Deportiva sólo lanzó una vez entre los tres palos del portal defendido por Txemi. Fue un balón que a los 12 minutos remataba de cabeza y de espaldas a la puerta el delantero valenciano Diego Ribera en una falta colgada por Brasi. El arquero vasco detuvo el esférico. El Portugalete, viendo que la Deportiva no progresaba, se lo fue creyendo. Etxebarría optó por jugar con tres hombres atrás y dos carrileros largos. Así, pudo mantener más suelto a Mario Sánchez, que fue un incordio para la zaga blanquiazul. Cuando estaba a punto de cumplirse la media hora de encuentro pudo llegar el primer gol visitante. Un fallo de Toñín dejó el balón para Íker, que cabeceó y cuando ya se cantaba el 0-1, el palo le devolvió a Rubio el cuero. Fue el primer aviso. Y en el minto 39 llegaba una nueva ocasión para los portugalujos; quizás la más clara que tuvieron en todo el choque. Soto derribaba en el área al capitán Roberto Correa y García Bestilleiro decretaba penalti. La pena máxima la lanzó muy centrada el delantero Jagoba, novedad en el once gualdinegro, pero Rubio detenía la misma con los pies. Segundo aviso. La Deportiva sólo llegaba a las inmediaciones de Txemi con balones laterales en faltas que la defensa se encargaba de desbaratar sin demasiados problemas. En el segundo tiempo las cosas no variaron mucho. Quizás los cambios de refresco que fue introduciendo Pichi Lucas dieron al equipo algo más de frescura y con ello algo más de aproximación al marco enemigo, pero tampoco fue para tirar cohetes, porque los blanquiazules no veían a Txemi. Un mal despeje de Rubio fuera del área y la falta de entendimiento con los defensores a punto estuvieron de costar el gol. Y después de dos avisos, a la tercera llegó la vencida. Fran perdió un balón en la línea de medios de su campo; Mario Sánchez se fue por la banda izquierda, logró zafarse de Toñín y dar el pase de la muerte a Ménedez para que éste fusilase a Rubio casi desde el punto de penalti. Lo que se estaba viendo venir, ocurrió. El banquillo movió ficha viendo el desaguisado que se estaba armando. El Portugalete había salido más respondón de la cuenta y había venido a jugar y no a cerrase. Asier Salcedo entró en el interior izquierdo por Brasi y Pavone en la punta del ataque por Diego Ribera. Mientras el Portugalete ensayaba un tiro desde el medio campo. Visto lo visto, parece que es una jugada frecuente en el equipo vizcaíno. Rubio atrapó bien colocado. Lucas buscó aún más profundidad por bandas e hizo debutar a Javi Recamán, retirando a un desaparecido Carletes y poniendo a Fran en la mediapunta. El otro jugador de la cantera rompió en un par de ocasiones por banda, pero los respectivos centros se quedaron muy cortos. Dos tiros flojos desde fuera del área por parte de Fran fueron lo único con peligro antes de que el árbitro decretase los cuatro minutos de prolongación. Muchas cosas en poco tiempo Los instantes finales trajeron de todo. Krios a punto estuvo de marcar en un libre directo en la frontal, pero Txemi respondió sacando a córner con los dedos. Instantes antes ya había conjurado el peligro que supuso un centro muy cerrado de Fran que buscaba las mallas. En la ocasión del griego Soto era pisado y tenía que abandonar unos instantes el terreno de juego con dos tacos clavados en un muslo. El partido parecía abocado a la prórroga. Incluso los visitantes perdían tiempo para que todo quedase así. Pero un esférico luchado por Pavone quedó a los pies de Asier Salcedo, que en un arranque de rabia batía al portero vasco y parecía decantar la eliminatoria del lado berciano. Los jugadores se abrazaron en el centro del campo. Soto ya estaba en el césped y aprovechaba para ir a hablar con Lucas. Incluso Rubio subió a felicitar a sus compañeros. Y ahí fue cuando la picardía de Mario Sánchez salió a relucir, golpeando el balón de centro y batiendo a Rubio en el minuto 96. Los locales protestaron con razón que Soto estaba en campo rival en el momento en el que se sacó de centro, pero los colegiados gallegos no hicieron caso a las reclamaciones y lo solucionaron con varias tarjetas. Al final casi empata Pavone, pero el marcador ya no se movió. Cara de tontos para todos por cómo se ha vuelto a escapar una eliminatoria y por un final que no fue como el del día del Alcalá, pero que tampoco le desmereció. El domingo llega la Cultural y las dudas han aflorado tras este partido, sobre todo en la grada.