El Juventus se lleva el Gamper por su eficacia lanzando penaltis

El Juventus, que sólo marcó de penalti en el Camp Nou, dos veces durante el tiempo reglamentario y cuatro para deshacer el empate que reflejaba el marcador al término de los noventa minutos de juego, sacó el suficiente partido de este acierto como para doblegar al equipo anfitrión del trofeo Joan Gamper, el Barcelona, que tuvo como líder al joven argentino Leo Messi. El equipo turinés fue superior con una táctica fiel a su estilo durante buen parte del encuentro, pese a destacadas ausencias como las de Nedved, Buffon, Emerson o Thuram, pero obtuvo debida respuesta gracias al desparpajo de Messi. El Juventus acabó en la tanda de penaltis con una racha de diez años del Barça como ganador del Gamper y endosó a los azulgrana el segundo revés consecutivo en cuatro días, tras la victoria (1-2) del Betis en la vuelta de la Supercopa. En este partido que sirvió de presentación, Rijkaard se guardó ases en la manga, porque dejó en el banquillo a titulares como Eto'o o Deco para dar entrada, entre otros, a uno de las nuevas incorporaciones, el holandés Mark van Bommel. El Juventus demostró todo su oficio en el Camp Nou como lo demostró que ya la primera aproximación a puerta la protagonizó el sueco Ibrahomivic. La respuesta de Messi, que dejó clavado a su marcador en el interior del área y centró sin que el compatriota azulgrana de Ibrahimovic, Henrik Larsson, acertase a rematar un balón que se paseó frente a la línea de gol. El Juventus tuvo que marcar el terreno para frenar la creatividad en ataque de un rival que contaba con dos malabaristas como Messi y Ronaldinho. Solucionados con faltas los problemas en defensa, la ofensiva italiana pasaba por la inspiración de Vieira, quien a los diez minutos y tras internarse en el área fue objeto de un penalti que transformó Alessandro del Piero para dejar claro que la efectividad es la principal característica del campeón de Italia. Cada contragolpe del Juventus llevaba peligro a la portería del Barcelona y daba la impresión de que los jugadores de Fabio Capello tenían más avanzada la preparación física que los de Frank Rijkaard. Y la táctica de Fabio Capello surtía efecto, porque hizo válido el 0-1 al descanso, tras el que uno y otro técnico introdujeron cambios en su once. Capello dio entrada a cuatro jugadores de refresco, mientras que Frank Rijkaard dio descanso a Ronaldinho y Oleguer, sustituidos por Deco y Edmílson. El Juventus mantuvo de todos modos el partido controlado hasta que el Barcelona asumió la obligación de dar algo más en su propio torneo. Mark van Bommel, ayer titular, lo intentó primero desde fuera del área y, poco después, Leo Messi volvió a desbordar por su banda para desesperación de la defensa juventina y de Patrick Vieira, quien también tuvo que recurrir a las faltas, con amarilla incluida, para frenar al argentino. Ni Vieira ni ninguno de sus compañeros pudo sin embargo parar a Messi en el minuto 67, cuando sirvió un balón a la carrera de Iniesta, quien rompía la línea defensiva del Juventus para plantarse ante Abbiati y batirle en su salida. Y tres minutos después Van Bronckhorst se sacó un trallazo desde una posición muy lejana para batir por segunda vez al rival. La dinámica del partido, en línea de cambio, dio un giro radical tras los dos tantos azulgrana, pero el Juventus sólo tuvo que acercarse otra vez al área de Valdés para, en este caso, forzar un penalti que convirtió Trezeguet para empatar de nuevo el encuentro.