La hora de la verdad

FINALIZÓ LA pretemporada y no precisamente de forma brillante para la Cultural, con una goleada encajada en el Nuevo Amilivia frente al Alavés, nada más y nada menos, que un cuatro a uno ante un equipo del Alavés con muchos suplentes en sus filas; pero tal derrota no debe restar el mérito anterior en partidos cuyo balance final fue altamente positivo. No deja de ser el equipo de Vitoria un Primera División. Por otra parte, los alaveses, venían de un despertar brillante. Curiosamente, después de haber encajado un cuatro a uno en su campo ante un Segunda División, el Numancia descendido al final de la temporada pasada, hubo un cambio total que arrastró al entrenador al pozo del cese; seguidamente el Alavés contabilizó por victorias los partidos amistosos jugados: Uno a cero, victoria sobre el Osasuna, mereciendo un tanteo favorable superior; cuatro a dos ante el Penarlo de Montevideo y la contundente victoria frente a la Cultural. Aquel cuatro a uno adverso en su campo de Mendizorroza tal cual pareció actuar de fuerte toque de atención. Comento esto, porque la derrota de la Cultural, por el mismo tanteo, podría servir de aldabonazo con la positiva secuencia que el tropezón ante el Numancia tuvo para los alaveses. Comienza la Liga, la competición oficial por antonomasia, donde las victorias y las derrotas se contabilizan en la tabla de clasificación. Llega, el momento de la partida, la Cultural con un balance que podemos considerar positivo, a tenor por sus actuaciones de la pretemporada. Curiosamente la Ponferradina, el gran rival provincial, también finalizó la antesala de la Liga con una derrota, de todo inesperada frente al Portugalete, reciente ascendido a la Segunda División B. Una derrota de las que duelen tanto deportiva como económicamente, porque corta su paso por la Copa del rey, una competición en la que los equipos, como la Cultural y la Ponferradina, buscan un buen beneficio económico que se logra salvando la primera eliminatoria y esperando que la fortuna en el sorteo depare en enfrentamiento con un equipo puntero de la Primera División. La Cultural, orillada de la aventura copera por su mala actuación en la temporada anterior, tuvo en ocasiones pretéritas rivales tan taquilleros como el Deportivo de La Coruña, el Atlético de Madrid y el Athlétic de Bilbao. Bueno partidos y sustanciosas taquillas. La Ponferradina se ha quedado con la miel en los labios porque parecía tener encarrilada la eliminatoria y vio como se perdía cuando todo pintaba favorable. Primer partido de Liga y el calendario proporciona el enfrentamiento de los dos equipos leoneses. Es cierto que su incidencia no va a ser tan importante como lo fue la temporada anterior; pero estos llamados derbis siempre tienen un valor añadido, particularmente en la moral de unos y otros. Parece ser que al final del Cultural-alavés se quejaba determinado jugador de los pitos recibidos de parte de los aficionados. Es la cotidiana historia del fútbol. Se aplaude cuando los espectadores creen que se hace bien y se pita cuando no se hace bien o se espera bastante más del jugador pitado (buena señal por cierto esta última, porque, es la estima de los aficionados, del jugador se espera más). Es el derecho que tiene quien paga, posiblemente la única forma de mostrar su acuerdo o desacuerdo, más ahora que el concepto de socio ha dado paso al de abonado. El abono únicamente da derecho a aplaudir o a mostrar desagrado ante lo que estime del espectáculo. Los profesionales que actúan deben tener en cuenta, muy en cuenta, esto. Tal sucede, por ejemplo en el teatro, en el cine, en la ópera o en los toros. Ahora bien, es el propio jugador quien tiene en sus manos cambiar las lanzas en cañas, los pitos en ovaciones la próxima ocasión que salte al campo. Jugar bien, marear goles y cambiar totalmente el panorama.