El Villarreal sufre en exceso para poder cumplir su sueño europeo

Hasta el último minuto no vio claro el conjunto castellonense su pase a la Liga de Campeones. Tras vencer a domicilio 1-2 nada presagiaba tanto sufrimiento. El abarrotado Madrigal tuvo que esperar más de lo deseado para celebrar un acontecimiento histórico. En el Madrigal se enfrentaban dos equipos con concepciones distintas del fútbol. Si el Villarreal se caracteriza por el juego de toque, el Everton apuesta por el clásico fútbol directo de los conjuntos ingleses, aunque en los minutos iniciales del choque un desconocido y contemporizador Villarreal delegó el balón en el equipo de Liverpool. Un remate de cabeza de Cahill, que paró el guardameta castellonense, dejó mudo al Madrigal, que veía que su equipo era incapaz de crear ocasiones y además sufría ente un impetuoso pero flojo rival. Esta ocasión del Everton fue el punto de inflexión que transformó al submarino amarillo en el conjunto que impresionó la pasada campaña en la Liga y venció con autoridad el partido de ida en el Goodison Park. Riquelme cogió las riendas y empezó a distribuir el balón con la maestría que le caracteriza. En una de esas conectó con Sorín que se dirigía hacía la portería rival haciendo una diagonal desde la izquierda, éste disparó desde fuera del área con la fortuna de que el esférico rebotó en el central Weir, despistando al veterano Martyn, que nada pudo hacer para evitar el primer tanto. A partir de ahí el Villarreal se olvidó de los nervios y aplicó su juego habitual. La segunda parte continuó por las mismas coordenadas, dominio del Villarreal con Riquelme de maestro de ceremonias y el Everton que perseguía el balón sin demasiada confianza en sus posibilidades. Pero una falta al borde del área, tras una jugada aislada, iba a acabar en un golazo del español Arteta. El tanto del guipuzcoano metió a los de Liverpool en el partido. Los locales querían dormir el choque, pero había un equipo crecido que peleó hasta el final sin éxito.