Decae la campaña de codorniz en la media veda y se abre la de la tórtola

Cuando nos encontramos en el ecuador de la media veda puede decirse que los resultados de la temporada de codorniz han sufrido un considerable descenso, especialmente en las rastrojeras de secano. En los regadíos se mantiene de forma aceptable si bien está teniendo el lógico descenso por las piezas abatidas tras las primeras semanas. La ventaja de estas zonas es que nunca se acaban las codornices, pues tienen un buen refugio en las amplias superficies de maizal de las que solo salen por la mañana, muy temprano, y con la caída de la tarde. También tienen su inconveniente, como es que, salvo a esas horas matutinas y vespertinas, resulta casi imposible levantar algún pájaro. Tan sólo y con buenos perros puede hacerse en las remolachas o en las alfalfas, pero siempre rozando la legalidad ya que son zonas con cultivos vivos y no deben pisarse aún cuando lo autorice el propio dueño de la finca. Precisamente llegan noticias de que los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil realizan frecuentes servicios por las zonas de caza y ya se han producido varias denuncias. Las infracciones más frecuentes se realizan por no recoger las vainas de los cartuchos. Es una falta leve pero frecuente, especialmente para los cazadores que usan repetidoras que expulsan dicha vaina. También suelen comprobar la capacidad del arma, que no debe exceder los tres cartuchos, y la documentación, tanto del cazador (licencias, permisos, seguros...) como del perro. La tórtola común ya se puede cazar, lo que supondrá un leve aliciente para la media veda. Esta pequeña paloma, que hace años abundaba de forma extraordinaria, ha sufrido una caída en picado de sus poblaciones. Las causas habría que buscarlas en la presión excesiva que se lleva sobre el ave e el norte de África, donde apenas se cazaba, y que ahora se vende como un aliciente en muchos viajes de turismo. Aunque es prácticamente imposible cazar el cupo de tórtolas, no conviene olvidar que son ocho ejemplares por cazador y día. Otra de las especies que se pueden cazar en la media veda es la paloma torcaz. Resulta paradójico el comportamiento de estas aves, de gran envergadura y considerable tamaño. Antes de la apertura de la media veda es frecuente verlas en abundancia mientras que, llegado el momento, desaparecen de alnas zonas. A finales de agosto la torcaz, que ya ha criado durante el verano, se reúne en grandes bandos de forma que, en las zonas donde se alimenta, constituye una importante pieza cinegética. Las zonas de media montaña son proclives a la caza de esta paloma que ya se mueve y se está cazando bien en estas zonas.