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PRIMERA DIVISIÓN

El campeón, de nuevo a medias

El Barcelona de Rijkaard sigue fiel a su estilo y exhibe un juego alegre, ofensivo, dueño del balón y de las ocasiones, pero aún tiene que trabajar para poder sentenciar los partidos

Enrique de Lucas intenta frenar un avance con el balón de Samuel Eto'o en el partido del sábado

Publicado por
Xavier Girado - barcelona
León

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El Barcelona volvió a quedarse a medias en Vitoria, donde no pasó del empate ante el Alavés (0-0), después de encadenar dos resultados decepcionantes ante el Betis en la Supercopa (1-2) y la Juventus en el Gamper (2-2), con un juego demasiado efectista pero poco contundente. Fiel a su estilo, el Barcelona de Frank Rijkaard sigue siendo un equipo alegre, ofensivo por naturaleza, dueño del balón y de las ocasiones de gol, pero a tenor de lo visto en sus tres últimos partidos, ante dos equipos de nivel (Betis y Juventus) y un recién ascendido, al conjunto de azulgrana aún debe trabajar para cerrar los partidos, sentenciar y no dejarse sorprender por su rival. Cierto que al Barca le faltó suerte en Vitoria, que Roberto Bonano frustró todos los intentos; cierto que el partido ante el Betis no tenía demasiada historia por el resultado de la ida (0-3), o que el Gamper es, al fin y al cabo, un amistoso, pero no es menos cierto que el equipo de Rijkaard ha transmitido ciertas dudas en sus últimos tres encuentros. Y no sólo en defensa, donde el Barca parece acostumbrado a sufrir a balón parado o cuando los delanteros rivales son capaces de coger la espalda de los centrales, sino en la finalización de las jugadas. En Mendizorroza, Rijkaard sorprendió a propios y extraños al retocar la posición de Eto'o: el camerunés rozó el Pichichi el año pasado jugando donde mejor sabe, en la posición de nueve puro y duro, pero el técnico le desplazó a las bandas para que Ronaldinho o Giuly tuviesen un carril de entrada limpio de obstáculos. Pero el experimento no funcionó. Eto'o se perdió. Lejos del área, el camerunés parece un jugador del montón, y su equipo lo acusó. En la segunda parte, la entrada de Larsson por Giuly dio otro aire al Barca, pero el marcador no se movió. Además, con Belletti sentado en el banquillo, el Barca perdió profundidad por la derecha. El gran problema del campeón de Liga es que domina los partidos, pero no gana. Así le ocurrió ante el Betis y la Juventus en casa, y frente al Alavés en Vitoria. Sin fuelle ante los serios Sintomáticamente, el Barcelona ha perdido fuelle justo en el momento en que ha comenzado a vérselas con equipos serios, con mucho menos talento pero bien plantados en el campo, capaces de cerrar bien las bandas y de anular a las grandes figuras del equipo. Algo así hizo el Betis en el Camp Nou (Serra Ferrer presentó un equipo de perfil bajo, plagado de suplentes), también la Juventus, acostumbrada a esperar y a desquiciar al rival, y un camino similar eligió el Alavés, con Astudillo multiplicándose en tareas defensivas y Bonano muy crecido. A lo largo de la pretemporada (Dinamarca, China y Japón, y también el Trofeo Carranza), el Barca se había presentado como un equipo goleador, con innumerables recursos ofensivos. En la última quincena, sin embargo, los de Rijkaard parecen haberse relajado, como si su condición de gran favorito al título sirviera para alzar de nuevo la Liga. Habrá que esperar, eso sí, a la recuperación de Santi Ezquerro para comprobar cuál puede ser su aportación al juego ofensivo, o la capacidad del otro fichaje, Mark van Bommel, en los lanzamientos lejanos. De momento, ninguno de los dos ha jugado ni un solo minuto de competición oficial. Al igual que el resto de equipo, tiene ahora el Barca dos semanas para preparar su reencuentro con el público del Camp Nou, en Liga y frente al Mallorca. Si el campeón logra una victoria clara, habrá despejado las dudas, pero en caso contrario, el lastre puede empezar a pesar en Can Barca.