Diario de León

LUCHA LEONESA 2000

Subvención y encima taquilla

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MARRO
León

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DE LAS POCAS cosas que casi nos resignamos a dejar por imposible: corro subvencionado diputacionalmente y con la desfachatez de cobrar entrada al aficionado. Y el paradigma de la desfachatez de cobrar entrada al aficionado. Y el paradigma de la desfachatez que así actúen Ayuntamientos que históricamente han venido ostentado vitola de «grandes mecenas de la lucha leonesa»: Boñar, Riaño, Mansilla, Gradefes..., ya que Cistierna al menos viene teniendo el plausible gesto de permitir que la recaudación taquillera vaya a parar al ejemplar -y ejemplarizante- Club de Lucha San Guillermo. Con la paradoja añadida de que en localidades sin solera luchística -La Virgen del Camino, La Robla...- ofrecen la lucha leonesa gratis. Ironía, paradoja y hasta sarcasmo. Así «patrocina» cualquiera: con dinero institucional por un lado y a costa del aficionado por otro. Patrocinadores de pacotilla. Tan sólo se podrían considerar en puridad patrocinadores, cuando el presupuesto del corro se nutre de recursos con la misma procedencia que para el resto de festejos -obviamente gratuitos- del programa (orquestas, fuegos artificiales, carrozas, carreras...). Luego retirar el honroso título de patrocinadores para los corros con la odiosa taquilla y/o subvencionados: a lo peor les debemos gratitud y todo. Y -para los unos y los otros -suprimir de lo de «organizadores»: sólo organiza: -técnicamente- el órgano -técnico- federativo. Conclusión, negocio redondo para los seudopatrocinadores. Y surrealista y kafkiano que lo más leonés sea lo único de pago de la fiesta. Para rematar este apartado, y al hilo de lo cazurramente contradictorio de los corros con síndrome aluchero, los papanatas siguen fieles al papanatismo del «luchódromo» de Riaño; deslumbrados por una instalación -sin vestuario/ duchas para los luchadores ni los servicios más elementales para los espectadores- que se utiliza una vez al año. Y a mear al pantano... En todo ello entra en juego la figura no precisamente retórica de la desinformación a que aludíamos hace un par de semanas a propósito del alcance (¿) deportivomediático de los juegos célticos o luchas folclóricas, y que aplicábamos a los desinformados de turno. Información/desinformación aplicable al tema que abordábamos entonces (desconocimiento del fondo contextual de las «luchas indígenas» por parte del balonmanista), al que abordamos hoy y a tantos y tantos frentes luchísticos... y definitivamente alucheros. Lo dicho, mucho nos tememos que ésta ha de ser una de las pocas cosas que vayamos a dejar por imposible. Como reconfortante compensación, parece que no hemos predicado en el desierto en una cuestión que siempre reivindicamos cada vez que nos referimos al cambio de ubicación del monumento a la lucha leonesa, ni «colocado por el enemigo» como una afrenta a la lucha leonesa frente a la «Junta de Castiga-León». Solíamos agarrarnos como contrapunto al enclave más cargado de esencias leonesas, conmemorativa de las primeras Cortes Democráticas de Europa (1188) y también solicitábamos al menos una alegoría alusiva a esta conmemoración. Bueno pues parece que se proyecta dicha monumentalidad (con ocasión del parking y consiguiente transformación de la plaza), por lo que solamente nos resta hacer votos porque no se trate de algo demasiado implícito rematado con la placa explicativa de rigor, como vergonzante y acomplejadamente. Ha de ser explícita motivación, sin vaguedad, con tangible mensaje reivindicativo. Y menos mal que los munícipes se olvidaron al fin de su pretendida estatua conmemorativa del centenario de Gaudí (¿): otra afrenta a la leonesidad de las Cortes Leonesas como la señalada afrenta de la ubicación del monumento a la l.l. Tras ello ya sólo faltaría, en esa clave de leonesidad municipal, el traslado de la escultura de los luchadores frente al Palacio de Deportes y que éste a su vez pasase a denominarse oficialmente Palacio de la Lucha Leonesa. Y ¡por fin! una calle de la lucha leonesa... Y municipalmente implicación -empezar a implicarse- seria y permanente con nuestro primer deporte leonés: no justificarse con el patrocinio de un corro «Ciudad de León» y salir en la foto entregando trofeos. Y que se haga extensivo al resto de las instituciones, tomando conciencia colectiva de que la lucha leonesa es un sentimiento y una manifestación del patrimonio cultural leonés. Lo precisa la leonesidad de la lucha leonesa y la leonesidad en todos los frentes. Cuando el mastín deja de ser leonés -¿exmastín leonés?- cuando las ruinas -raíces- del León romano están amenazadas por la desidia institucional; cuando la línea de alta tensión Lada-Velilla amenaza con cruzar impúdica y avasalladoramente la luchística divisoria Ribera/Montaña (La Vecilla-Vegaquemada-La Ercina-Cistierna...). Cuando todo eso y mucho más que nos espera bajo la consigna de castigar a León y diluir la identidad leonesa, entonces ¡lucha leonesa! ¡lucha por León! ¡lucha leonés! No esperemos que lucha por esta tierra y sus esencias, una Junta de «Castiga-León»...

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