Una gran Amaya Valdemoro da a España su pase a cuartos (52-69)

La selección española de baloncesto femenino consiguió una importante victoria ante Serbia y Montenegro en la cuarta jornada del Europeo, que se está disputando Turquía, y confirmó su ansiada presencia en los cuartos de final de la competición. Con este triunfo, España suma ya tres, tras los cosechados ante Rumania y Rusia y, con una única derrota ante Lituania, luchará por imponerse hoy en la última jornada del grupo a la anfitriona Turquía y conseguir un cruce lo más favorable posible en cuartos de final. Desde el inicio, España salió ayer completamente enchufada al partido, liderada por una inconmensurable Amaya Valdemoro, que abrió la cuenta con un triple para adelantar a España (2-3) y que fue el estandarte en todo el primer cuarto y sentenció el partido en el cuarto llegando a los 26 puntos. Suyos fueron 10 de los trece primeros puntos de España, además de un triple de Ana Montañana, mientras que Serbia se mostró algo más errática en ataque y, aunque no perdía la estela sí se mantenía por debajo en el marcador. En el segundo cuarto, Valdemoro se tomó un respiro y dejó las riendas del partido al resto a las que no les tembló la mano y fueron abriendo distancias para colocarse con 19-35 que hizo presagiar un triunfo cómodo. Sin embargo, en ese momento, el partido y, sobre todo, el juego de España, cayó en un tremendo cúmulo de errores e imprecisiones que permitieron acercarse a las de Zoran Kovacic. Durante más de cuatro minutos las españolas no fueron capaces de perforar el aro rival, lo que permitió a las serbias, bien punto a punto desde el tiro libre o con alguna esporádica canasta, pero también con poco brillo, recortar las distancias y bajar la barrera de diez puntos al descanso (28:37). El paso por el vestuario no mejoró la efectividad de las españolas que necesitaron casi otros tres minutos para anotar su primera canasta en juego, aunque las plavis no tuvieron lucidez para llevar nerviosismo al marcador. Valdemoro volvió a entrar en juego, tras un cuarto en blanco y el juego volvió a los cauces esperados con el 40-52, en un partido que seguía siendo discreto, pero perfecto para los intereses de España.