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Samuel Sánchez acepta un regalo de Ardilayseimpone en Ampuero

Roberto Heras, que pasó dolores en su maltrecha rodilla, entró en el grupo de los mejores

Publicado por
Benito Urraburu - ampuero
León

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La vida deportiva de Samuel Sánchez se había convertido en una lucha contra el destino que la carretera le deparaba constantemente. El ganador en el Santuario de la Bien Aparecida llevaba cinco años buscando un triunfo de calidad, una victoria importante, algo que pudiese dedicarle a su madre, Amparo, fallecida hace cinco años de un cáncer. No pudo conseguirlo mientras ella vivía y ha tenido que ver cómo 15 corredores le dejaban sin esa ocasión soñada, deseada, buscada con ahínco durante tanto tiempo. «Ni me acuerdo las veces que he sido segundo. He perdido la cuenta. Si alguno de esos puestos hubiese sido un primero tendría un palmarés importante. Ser segundo no vale para nada. En el ciclismo lo único que vale es ganar». Samuel Sánchez levantó los brazos al cielo brindando una victoria que se le resistía desde que pasó a profesionales. No era la primera vez que levantaba los brazos. Ya lo hizo en la última etapa de la Vuelta Asturias, en Oviedo, hace unos años. Entonces lloró de emoción. Vencía en su casa, podía desahogarse, pregonar la dedicatoria que tanto tiempo llevaba guardada. Le quedó una extraña sensación. En la Bien Aparecida entró sonriendo. Se encontró una de esas victorias que no se esperan, producto del error garrafal de un rival. Forjado en la desgracia Inteligente, comentaba: «No he tenido que aprender a ganar, puesto que desde que empecé a correr siempre ganaba carreras hasta que pasé a profesionales y se me taponó el olfato ganador». Explicaba que en el ciclismo profesional hay un factor importante para poder ganar, «la suerte». Su madre, separada de su padre, Cándido, marcó su carrera y su vida. Trabajaba como funcionaria para mantenerle mientras él intentaba ser corredor y estudiaba Derecho: «Fue un ejemplo para mí. Sacaba tiempo a costa de su vida personal». Su muerte le volvió más inseguro como ciclista, le hizo pasar malos momentos. Precisamente la suerte que le faltó en otras ocasiones se le apareció este viernes. El error del colombiano Mauricio Ardila le dejó la meta a la vista: «Cuando Ardila levantaba los brazos, a 300 metros de la meta, yo calculaba la distancia que me quedaba para lanzar el esprint». Había logrado un triunfo que le parecía inalcanzable: «Cuando vine a reconocer la etapa con Noval y Nozal la marqué con una equis. Parece imposible que haya podido ganar». Su madre permanece presente en Samuel, que añadió otra dedicatoria: «A mi abuela, que falleció hace dos años. Viví mucho con ella. Y también al abuelo de mi mujer, Vanesa, que también se ha muerto». La carrera, que llegó con un adelanto de una hora sobre el mejor horario, voló. Acabaron por jugarse la victoria Óscar Pereiro, que intentó marcharse varias veces en la subida final, el colombiano Mauricio Ardila y Samuel Sánchez. Ardila, que parecía el más fuerte de los tres, se equivocó de pancarta y lanzó su esprint en la de montaña, a 300 metros de la meta. Un error para la historia «He cometido un error imperdonable. De esto también se aprende. Me he equivocado de pancarta. Espero tener más oportunidades. Cuando he lanzado el esprint me he dado cuenta del error, pero ya era tarde», comentó Mauricio, que vio cómo Pereiro y Samuel Sánchez se jugarían la etapa. Ardila era el último superviviente de una escapada que se formó en el kilómetro 58. Pereiro y Samuel Sánchez surgieron en los kilómetros finales. Los dos son grandes bajadores y aprovecharon el terreno para buscar los restos del naufragio en el que había quedado la escapada. El otro punto importante del día estaba en la rodilla de Roberto Heras, que no bajó en ningún momento al coche del médico para quejarse. Aunque no se subió el puerto de La Sía debido a que había un camión cruzado en la bajada -en su lugar se pasó el alto de Los Tornos-, el ritmo al que se fue no era lo mejor para el corredor de Liberty. Heras, que tardó mucho en salir del autobús de su equipo en Burgos, dijo: «He tenido dolores durante toda la etapa. El equipo me ha arropado muy bien y pasé lo que no ha sido un buen día para mí. Cuando no controlamos la carrera esto es un descontrol». Si le molestó mucho esa rodilla izquierda, lo disimuló muy bien. Vamos a saber muy pronto, este sábado, su realidad física, en Los Lagos, donde Menchov deberá de pasar apuros: «Sólo se dedica a vigilar mi rueda, se desentiende de la carrera. Hay dos buenas oportunidades para sacarle tiempo y hay que aprovecharlas». Pensando en Asturias La etapa de convirtió en una oportunidad para quienes está alejados de los primeros puestos. Menchov, Heras, Mancebo, Sastre y Carlos García Quesada entraron juntos. La Bien Aparecida era la cuarta llegada en alto de la carrera y no dijo nada. No podía decirlo de la forma en la que se corrió, con una carrera descontrolada en todo momento. Liberty, con su líder tocado, dejó que se formase una escapada que marcó toda el día. El pensamiento de quienes tienen que jugarse la Vuelta está puesto en Asturias.

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