El Barcelona tapa su mal momento de juego con la renovación del capitán Puyol

Carles Puyol se unió este jueves a la amplia lista de jugadores del Barcelona que han renovado sus contratos hasta el 30 de junio de 2010. El capitán azulgrana, que concluía su anterior vinculación en 2007, pasará a tener una cláusula de rescisión de 150 millones de euros. La renovación de Puyol se produce justo un día después de un mal partido del equipo. Idéntica situación ocurrió el pasado lunes cuando, tras perder ante el Atlético de Madrid, el club se apresuró a firmar la ampliación contractual de Frank Rijkaard hasta 2009. En ambos casos, la propia directiva azulgrana aseguraba desde hacía días que las renovaciones eran inminentes y que se podrían firmar en cualquier momento. Casualidad o estrategia las firmas, se han estampado justo cuando el equipo atraviesa por una delicada situación. Puyol y Rijkaard sólo son una pequeña parte de los miembros de la columna vertebral del primer equipo que han aumentado su relación contractual con el Barcelona. Ronaldinho, Eto'o, Deco, Xavi y Valdés seguirán, si cumplen sus contratos, como azulgrana hasta 2010. El caso de Messi, que renovó hasta 2014, se enmarca en otro ámbito debido a los problemas burocráticos que tiene el argentino para jugar en la Liga. Todas estas renovaciones combinadas con el mal inicio de campeonato empiezan a sembrar de dudas al tan temido entorno azulgrana. Retraso en la preparación Los partidarios de los contratos cortos, entre ellos un Johan Cruyff que siempre está a la sombra de Joan Laporta, están afilando las uñas. Xavi, Deco y Ronaldinho son una sombra de los jugadores que brillaron el año pasado. Valdés cometió ante el Valencia un error de bulto que ya le ha puesto en el disparadero de los aficionados, mientras Eto'o y Puyol son de los pocos que se salvan de la quema. Los detractores de estas renovaciones ya se asoman insinuando que el mal juego del equipo se debe a que los jugadores están acomodados y sin el hambre de títulos de hace unos meses. En cambio, desde la propia plantilla se quita hierro al pésimo estado del equipo a pesar de las evidencias. Este Barça anda trabado. Con Rijkaard obsesionado por mantener el bloque del año pasado, los azulgrana dibujan un juego previsible y falto de recursos. Nada que se parezca al campeón.