Alejandro Blanco se convierte en el nuevo presidente del COE

No hubo sorpresas en la elección del nuevo presidente del Comité Olímpico Español (COE). Alejandro Blanco se impuso en la votación a la otra candidata, Mercedes Coghen, por un margen más estrecho de lo que en un principio se esperaba. El sucesor de José María Echevarría durante los próximos cuatro años obtuvo 101 de los 188 votos, frente a los 84 de la vicepresidenta de la Federación de Hockey. Como él mismo había comentado en las jornadas anteriores, los apoyos no le fallaron. Las 22 federaciones olímpicas (con cuatro votos cada una) dieron su respaldo incondicional a Blanco. Eran 88 sufragios que, como la propia Coghen reconoció, inclinaron la balanza hacia el lado del presidente (por el momento) de la Federación Española de Judo. «Sin ellas es difícil ganar», apuntó la aspirante, que no descartó presentarse otra vez dentro de cuatro años a la presidencia del COE. En total, se emitieron 190 votos de los 202 posibles, con dos en blanco, en los que se marcaron las dos tendencias que viven en el organismo olímpico. Por un lado, el sector más 'aristocrático' que apoyaba a Coghen; por el otro, el 'moderno' que propugna un cambio radical en el funcionamiento del COE. Una división que el vencedor espera que se olvide con su nueva etapa al mando del olimpismo español. «He recorrido media España, he explicado mi proyecto y ejercer el voto significa que todos tienen una opinión que se ha plasmado aquí. Creo que había demasiado ardor porque ganara una candidatura, pero pasa en todas las elecciones y no le concedo más importancia», puntualizó Blanco. El nuevo presidente del COE insistió, como principal reto para la legislatura que ahora comienza, la colaboración plena tanto con el Consejo Superior de Deportes (CSD) como con las federaciones. «Las competencias en la alta competición las tienen las federaciones y el CSD. Nosotros tenemos que colaborar, estar al lado», señaló. Además, aseveró que su programa está destinado «a los deportes» y prometió crear estructuras propias para los deportistas, una Casa del Deporte y contribuir a la profesionalización de las federaciones «para que puedan avanzar». Blanco destacó también la importancia de ahondar en la búsqueda de nuevas formas de financiación, crear la gala del deporte olímpico, un club de empresas olímpicas y abrir a la sociedad los valores olímpicos. Por último, apostó por dar mayor protagonismo a los cargos federativos y apoyar las candidaturas a cargos de relevancia internacional. Blanco no quiso anunciar quién ocupará la vacante española en el Comité Olímpico Internacional (COI) y no descartó que fuera él mismo. «Somos un equipo y hay que estudiarlo todo. No me descarto, pero pienso que es un trabajo muy intenso». «La candidatura olímpica es una carrera de fondo y a Madrid le acabarátocando»El recién elegido presidente aseguró que la capital española no debe abandonar el «magnífico proyecto» que abanderó para 2012. A su juicio, Madrid no debe desilusionarse por haber perdido este año la batalla para convertirse en ciudad olímpica porque en realidad se trata de algo parecido a una carrera de obstáculos donde es preciso llegar con el fuelle necesario. «La candidatura olímpica es una carrera de fondo», apuntó el máximo dirigente del COE. Sin embargo, matizó que la decisión final de presentarse para 2016 y 2020 (si no es elegida) debe ser del alcalde. «Esta candidatura reúne todos los requisitos. Madrid será alguna vez olímpica», comentó Blanco, quien ya ha vivido tres Juegos Olímpicos como presidente de la Federación de Judo. Nacido en Orense el 9 de octubre de 1950, Blanco es el 17º presidente del COE. Licenciado en Ciencias Físicas, siempre ha practicado el judo, logrando el cinturón negro '6º Dan' y los títulos de árbitro nacional y también de maestro entrenador nacional. Ha ocupado diferentes cargos directivos, como la presidencia de la Federación de Castilla y León de Judo (1985-1993), desde donde dio el salto a la Española para sustituir a Luis Báguena. Ha sido reelegido en 1996, 2000 y 2004. Con él, el judo alcanzó los mayores éxitos en los Juegos de Atlanta y Sidney, y fracasó en Atenas. Es miembro del Comité Olímpico Español desde 2001, cuando entró como vocal, y ocupó una de las vicepresidencias desde junio de 2004, en sustitución de Rafael Blanco, que pasó a ser director general de Deportes.