Diario de León

La temporada de caza del jabalí se inicia bajo el síndrome de la sequía

Resultados muy pobres en la que ya se anota como una de las peores temporadas

Alfredo Puerta, a la derecha, con el delegado de la Federación

Alfredo Puerta, a la derecha, con el delegado de la Federación

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Pedro Vizcay - león
León

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Mal ha comenzado la temporada de caza del jabalí abierta desde el 21 de septiembre. Los primeros ganchos y monterías que se han realizado en la mayoría de acotados que cuentan con éste animal en sus planes cinegéticos se han saldado con pocos o ningún cochino abatidos. Tampoco eran de prever grandes resultados habida cuenta que, en estos primeros lances de la temporada, los perros se muestran incapaces de batir el monte tras una larga y obligada inactividad. Además la falta de agua y el calor sofocante de las horas centrales del día hacen estragos en unos canes que, en su primera salida al monte, persiguen cualquier rastro desde un corzo a un zorro, y se agotan en pocas horas. Pero no es éste ni el único ni el principal motivo de los malos resultados. Nos encontramos ante una temporada atípica de extraordinaria sequía en la que los montes que no han ardido apenas tienen alimento para sustentar a las hembras con sus camadas. En estas condiciones los animales o bien permanecen en los bordes de las zonas regables o se han internado con decisión en las enormes manchas de maíz de páramos y riberas. Las tradicionales zonas jabalineras han visto reducida de forma muy sensible sus poblaciones y tan sólo algunos machos viejos y solitarios sobreviven en los agostados montes encamados en la más profunda espesura. Para Miguel Fierro, Delegado de la Federación de Caza, la situación es bastante preocupante. «La semana pasada -comenta- visité una finca en Castrocalbón que llevaba varios años sin cazarse y que siempre ha criado mucho jabalí. Encontramos mucha huella pero vieja, hace un par de meses que se han ido». En los maizales, sin embargo, la presencia de cochinos es constante, al igual que los accidentes de tráfico provocados por estos animales en el mes de septiembre. Por cierto, los conductores que han sufrido siniestros no saben a que atenerse ya que, desde la publicación de la nueva Ley de Tráfico, los acotados no se hacen responsables de los daños y ha de ser el seguro del automóvil, o el propio conductor, quien pague la avería. A principio del otoño el maíz ha comenzado a secarse y ya cuenta con buenas mazorcas que hacen las delicias de los jabatos y contribuyen a su rápido engorde. Previsiones de futuro La afición a la caza del jabalí, especialmente desde que la caza menor ha sufrido una fuerte caída, ha ido en aumento de forma que una gran mayoría de cuadrillas se dedican preferentemente a esta especialidad cinegética. En León la especialización ha tenido una destacada evolución tanto en las rehalas profesionales como en las armas utilizadas. La venta de rifles y miras telescópicas supera claramente a las de la tradicional escopeta. En estas condiciones no es de extrañar que en círculos jabalineros crezca un cierta inquietud por la evolución de la temporada. Tanto el jabalí como el corzo, más delicado que el primero, podrían tener serios problemas si no llueve pronto. Los montes esperan este agua otoñal que hará reverdecer las laderas antes de la llegada de la nieve. Si esto sucediese pronto todavía podría cazarse en condiciones. La cosecha del maíz, por otro lado, todavía se retrasará algunos meses. Es fácil que de seguir la sequía algunas manchas puedan cosecharse pronto, pero el mayor porcentaje se cogerá en marzo, cuando la temporada esté ya cerrada. En estas condiciones no será fácil que los animales retornen a sus habitats tradicionales, pues en el maíz encuentran comida fácil y refugio. Las esperas y aguardos nocturnos, que están siendo solicitados, darán buenos resultados, pero no servirán para satisfacer la afición de los cazadores. En cualquier caso los mejores resultados se dan siempre con la llegada de la nieve, que en la alta montaña, empuja a los jabalíes hacia zonas más accesibles para cazadores y perros. En esta situación algunos acotados están optando por retrasar los ganchos y monterías a fechas más propicias de finales del otoño o ya del invierno.

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