El trofeo de San Froilán atrae a León a casi 40 equipos de todo el país
El CHF acogió una prueba del campeonato nacional de coches eléctricos de radiocontrol
El copiloto, Daniel Elena, y Sebastian Loeb celebraron en Japón la victoria
La pista de radiocontrol del CHF fue el escenario este fin de semana de el quinto trofeo San Froilán de automodelismo, que a la vez se convirtió en una prueba del calendario del campeonato nacional en la modalidad de coches eléctricos. Bajo la organización de la asociación leonesa Rueda Loca, 38 participantes llegados de toda la provincia, Ávila, Madrid, Ciudad Real, Asturias y Valladolid disputaron entre el sábado y el domingo una prueba marcada por la espectacularidad de las maniobras sobre un completo circuito, entre saltos, curvas y derrapadas. El sábado la jornada se dedicó de forma íntegra a entrenamientos libres para la puesta a punto de los pequeños bólidos eléctricos, cuyos motores son impulsados a pilas pero que son pequeñas maravillas sobre las que sus dueños trabajan con minuciosidad milimétrica en el mejor ajuste de los motores dependiendo del circuito y hasta en la calibración de suspensiones y convergencia de las ruedas. Ayer la jornada se dedicó a las mangas cronometradas por la mañana, para establecer las finales A, B, C y D (de diez coches cada una) con las que por la tarde se dirimió, entres mangas de cinco minutos cada una, los puestos finales y el podio. Entre los participantes en la cita leonesa se encontraban, según detallaron los organizadores, el campeón de Europa de la especialidad, el de España y varios aficionados que disputan el mundial. Estas pequeñas maravillas de la mecánica que son estos coches de radiocontrol eléctrico pueden alcanzar hasta 80 kilómetros por hora. En concreto, en el virado y difícil circuito del CHF los 38 vehículos marcaron velocidades medias en cada vuelta de hasta 50 kilómetros por hora, a pesar de los giros y los múltiples saltos que se veían obligados a realizar a lo largo del trazado. La organización y el Ayuntamiento de León aprovecharon además la cita y la afluencia de pilotos y aficionados foráneos para promocionar productos de la tierra. De hecho, los dos días los participantes fueron invitados a comer con viandas típicas de León, como quesos, chorizo, cecina, vino, postres y otras maravillas gastronómicas de la provincia.