Un penalti inexistente a Fernando Torres encrespa a La Rosaleda (0-2)
La afición malacitana abuchea a Turienzo Álvarez y a la directiva por dejar fuera a Duda
Un penalti inexistente a Torres abrió el camino de la victoria del Atlético y encrespó a La Rosaleda, ya bastante caliente antes del partido después de que el portugués Duda no fuese convocado por orden de la directiva del Málaga por negarse a renovar su contrato. A pesar de que en esos momentos ya era superior el Atlético, Torres se tiró en el área, Turienzo se inventó el penalti, y tras marcar la pena máxima, la peculiar celebración del 'Niño', sacando la lengua a la grada, indignó aún más a los aficionados del equipo andaluz que presenciaron un duelo pésimo de ambos equipos. A pesar de que al provocar el penalti resultó decisivo, la insufrible primera parte, un castigo para el espectador, no pudo cerrarse de peor manera para el Atlético, y en concreto para Torres. El Niño recogió un balón en largo, controló, burló al defensa, y cuando se plantó solo ante Arnau, volvió a cegarse y disparó al portero. Ya era la prolongación y no habría merecido ese gol el Atlético, que estuvo muy mal, aunque el Málaga respondió aún peor, y el árbitro se contagió de la actuación de los jugadores y se convirtió al final en protagonista. El Atlético, sin una gota de fútbol hasta la segunda parte, tuvo demasiadas ocasiones para sus méritos en el primer tiempo: cuatro. Sin pases seguidos El Málaga, sólo dos, y el primer periodo, sin más de dos pases seguidos, se resumió en continuas faltas e interrupciones. Nadie, salvo Arnau, que aguantó a Torres en esa acción que pudo ser clave, se salvó del desaguisado. Con excesivo centrocampismo, pero sin creación por parte de ningún equipo, lo mejor que podía ocurrir era que llegase cuanto antes del descanso para intentar aclarar ideas y acabar con el castigo al fútbol. Mejoraron los rojiblancos en la continuación en la que por fin se hicieron con el control del balón y crearon a crear oportunidades que chocaban contra Arnau. Les faltaba estrellarse con el portero a Petrov y Kezman, pero al menos el Atlético de Madrid sí se mostró más ambicioso y tuvo toque y llegada en esa segunda parte que estropeó el árbitro y después Torres. El choque se calentó excesivamente en las gradas, y también en el campo, pero el Málaga no tuvo capacidad de reacción para aspirar al menos al empate. Es más, un latigazo de Kezman desde fuera del área sorprendió a Arnau y acabó con cualquier duda, aunque el Málaga, pese a su lamentable rendimiento, tenga la excusa de un penalti que no fue.