El Madrid destroza a balón parado al Mallorca en un choqe insípido (4-0)
Roberto Carlos y las asistencias de Beckham pusieron la goleada, con celebración polémica La asamblea refrenda la gestión y el acceso de Butragueño a la directiva
El Real Madrid destrozó al Mallorca a balón parado. Tres de los cuatro goles llegaron con lanzamientos de falta o tras un córner, y los zurdazos de Roberto Carlos y las asistencias de Beckham fueron suficientes para confirmar la enorme superioridad de los blancos ante un débil rival. Aunque el juego del Madrid no fue brillante, el partido sólo tuvo un color, y con cuatro goles brasileños el equipo de Luxemburgo no necesitó esforzarse demasiado para dejar resuelto el desequilibrado duelo ya antes del descanso. En esta ocasión, además, el Madrid no cayó en la segunda parte en la habitual relajación que pudiera haber puesto en peligro un triunfo merecido y contundente, con la colaboración de la defensa visitante. El golazo de Roberto Carlos cerró una primera parte de absoluto dominio del Madrid, aunque la lentitud presidió el juego de un equipo intermitente en ataque al que al principio salvó Ronaldo de su fútbol monocorde. Antes del 1-0, celebrado esta vez por los brasileños -mala costumbre- con el salto del canguro, el mayor peligro del Madrid ya había llegado a balón parado, a excepción de un gran remate de Raúl a los 11 minutos al que Prats respondió de forma magnífica. Frente a un Mallorca replegado, aunque metió miedo las escasas veces que se acercó al área de Casillas, el Madrid combinó ataque por la banda derecha con Míchel Salgado y juego infructuoso e insistente por el centro, donde se encontró muy incómodo ante la zaga bermellona. Pablo García y Guti no le dieron velocidad en el medio campo y el canterano no encontró apenas espacios, como tampoco Baptista en la media punta. Así, a Raúl y a Ronaldo sólo se les presentó una ocasión a cada uno, antes de que el brasileño inclinase la balanza al lado del único que lo estaba buscando. Cuando el partido estaba adormecido y el Madrid había demostrado cierto desorden defensivo, Ronaldo abrió la lata. Hasta ese momento, luego superado por el golazo de Roberto Carlos, fue lo mejor del insípido choque, con un Madrid autoritario pero sin juego de creación ni profundidad, salvo con los centros de Salgado y Beckham desde la banda. Así pudo llegar el segundo, pero Raúl falló en boca de gol un pase del lateral gallego, aunque siete minutos después el inglés, en el enésimo córner, se la puso a Roberto Carlos para que el brasileño empalmase y sentenciase a un Mallorca que se llevó con justicia el 2-0. Soñaba con aguantar una derrota por la mínima y quizás esperaba a la segunda parte para salir de la cueva. Demasiado tarde, porque cuando el Mallorca se quiso estirar, ni enlazó ni llegó, y el Madrid se encontró muy cómodo aguantando atrás y esperando a la contra. Los blancos dejaron la iniciativa al equipo de Cúper, pero Okubo y Yordi no tenían compañía y los delanteros del Mallorca se estrellaron una y otra vez con una zaga que no tenía problemas esperando al rival, y con continuas ayudas de los centrocampistas. El Madrid no quería esta vez ningún tipo de sufrimiento. A falta de juego, el tercero y el cuarto llegaron también a balón parado, el primero con la colaboración de una barrera mal colocada ante la que encontró hueco Roberto Carlos, y con una defensa dormida que dejó solo a Baptista. Pero antes del 4-0, ya se había animado en ataque el Madrid, que no dejó de tocar y tocar desde que salieron Zidane y Robinho. Aunque el crack de las bicicletas confirmó no estar en forma, se llevó más de una durísima patada y una acción suya provocó la expulsión de Ballesteros, que se ganó la segunda y dejó aún más vendido a su equipo, por si no había tenido ya suficiente.