La revolución africana llama a la puerta

EN LOMÉ, Luanda, Accra y Abiyán lo celebraron a lo grande, porque por primera vez en la historia Togo, Angola, Ghana y Costa de Marfil estarán en un Mundial. En Túnez también, pero menos, porque están más acostumbrados a jugar con la elite y el de Alemania será su cuarta participación. Los togoleses tienen una nueva fiesta en su calendario, además del 27 de abril, día en la que se celebra el día de la independencia. El presidente del país Faure Gnassinghe se unió a la fiesta que se vivió en todo el país tras la histórica clasificación mundialista. 20.000 seguidores se dieron cita en las calles de Lomé y buena parte de ellos se agolparon en el aeropuerto para recibir al equipo procedente de Brazzaville, donde el equipo selló el pase tras ganar por 2-3. Togo, situado en Africa occidental, es uno de los países más pobres del mundo. Su población supera los 5,6 millones de habitantes, una cifra que podía variar debido al azote del sida, que causó más de 10.000 muertes en 2.003 y una esperanza de vida de 52,6 años (50,6 los hombres y 54,7 las mujeres). El 32 por ciento del país vive en el linde de la pobreza, la balanza de pagos arrojó unas pérdidas de 125 millones de dólares en 2004 (663 millones en exportaciones y 825 en importaciones). Su deuda externa superaba en el año 2.000 los 1,4 billones de dólares. El fútbol, es como en tantos otros deprimidos países africanos, prácticamente la única válvula de escape y, en este caso, el principal motivo de alegría. El equipo está entrenado por el nigeriano Stephen Keshi, capitán de la selección de su país en el Mundial de 1994. Los togoleses son conocidos en el Africa futbolística como los gavilanes y cuentan entre sus mejores jugadores con Shevi Adebayor (Mónaco), Kader Cubadja, Cherif Mamah Touré, Ouadja Lantam, Olufadé Adekanmi, Djima Oyawolé o Agassa Kossi. Quedaron por delante de Senegal con siete victorias, dos empates y una derrota. Desde que en 2002, se acabaron las diferencias entre el Movimiento Popular para la Liberación de Angola y la Unión Nacional para la Total Independencia de Angola que habían abocado al país a una guerra civil que se prolongó durante 27 años y habían acabado con 1,5 millones de muertes, las noticias en Angola mejoran casi a diario. Hasta la fecha, el baloncesto (especialmente por su gran victoria en los Juegos de Barcelona ante España) y el balonmano (especialmente en mujeres) habían dado a conocer a Angola en el panorama deportivo mundial, pero ahora la clasificación para el Mundial de Alemana les ha puesto en el primer plano. Nadie apostaba por los antílopes negros en el grupo 4 de clasificación. Nigeria, una gran potencia, era la máxima favorita, pero al final los jugadores de Luis Oliveira Goncalves dieron la gran sorpresa. Angola, que jugó una fase de clasificación para un Mundial en 1986, Ocupa la posición 65 en el escalafón mundial. Sus jugadores más destacados son Fabrice Akwa Maieco, autor del tanto de la victoria en Ruanda, y Pedro Mantorras (Benfica). Las estrellas negras de Ghana también han obtenido su primera clasificación para un Mundial. Era una noticia esperada, porque los ghaneses son toda una potencia futbolística en selecciones inferiores. Los jugadores recibirán una prima de 8.000 dólares por haber conseguido la clasificación. La dirección técnica del serbio Ratomir Dujkovic ha dado sus resultados. Dujkovic se enfrentó con la estrella del equipo, Samuel Kuffour, y le dio protagonismo a jugadores como Michael Essien, Stephen Appiah, Sulley Ali Muntari y Mathew Amoah que han llevado a su país al primer mundial. Didier Drogba, una de las estrellas del todopoderoso Chelsea, es el líder de la selección de Costa de Marfil que aprovechó el error de Camerún ante Egipto (Wome falló un penalti en el minuto 95) para situarse en la cita mundialista. El milagro se obró después de que los elefantes ganaran en Sudán. Otros jugadores destacados son Aruna Dindane (Lens), Kalou (Feyenoord) y Kolo Touré, defensa del Arsenal. Como en los otros tres países, la euforia se apoderó de las calles de la capital y el presidente del país, Laurent Gbagbo, le regaló a cada jugador una casa por valor de 45.000 euros, todo un lujo para el poder adquisitivo de los marfileños.