Un Valencia de claroscuros ganó sin lucirse ante un Málaga intermitente (2-1)

El Valencia sumó los tres puntos ante el Málaga, en un partido en el que no brilló, pasó algunos momentos de angustia en el tramo final del partido y tuvo enfrente a un equipo intermitente en su juego, pero que mejoró tras el descanso. Las intervenciones de Cañizares volvieron a ser fundamentales para el Valencia que dispuso de numerosas ocasiones para conseguir una victoria cómoda, pero que las malogró en lo que fue una demostración de que el equipo no atraviesa su mejor momento anímico. La falta de ocasiones de gol y las constantes interrupciones en el juego caracterizaron el primer periodo de un partido de poca calidad, en el que el Valencia llevó la iniciativa. El gol marcado por Ayala cuando a los nueve minutos, hizo pensar que el encuentro iba a ser cómodo para el equipo de Quique. No lo fue, porque el conjunto valencianista no está fino y encontró muchas dificultades para abrir brecha en la defensa, hasta el punto de que una penetración de Angulo por la derecha fue la segunda y última oportunidad de su equipo antes del descanso. Enfrente, el Málaga tampoco daba excesivas señales de peligro. Prueba de ello es que Cañizares apenas entró en juego. Los balones largos, enviados sobre el Chengue, quedaban en nada y tan sólo un par de disparos lejanos daban señales de vida. Antes de los diez minutos de la reanudación, Di Vaio dispuso de la mejor oportunidad de gol del encuentro, pero Arnau la malogró, poco antes de que Mista enviara un balón a la cruceta. Cuando todo estaba preparado para el sufrimiento de los locales una acción ofensiva de Vicente puso el 2-0, lo que tranquilizó al conjunto local que dispuso de dos nuevas opciones de gol. El Málaga no se rindió y aprovechó una penetración para volver a sembrar el pánico con un gol de Salva. El Málaga empezó a mostrarse cada vez más suelto y el Valencia a acusar el síndrome del 2-2 y recurió al meta Cañizares para salvar los puntos a la heroica.