El equipo de Davis exige a Muñoz que sus quejas sean escuchadas
El nombramiento de Sánchez Vicario como capitán continúa generando controversia
La polémica sobre el nombramiento del nuevo capitán de Copa Davis, entre el presidente de la Federación, Pedro Muñoz, y los jugadores cerró su primer acto en un encuentro en el que estos últimos le exigieron que les hiciera más caso y les escuchara con mayor agudeza. Para Pedro Muñoz la reunión fue «magnífica», aunque no dudó en calificarla que fue seria también. Duró dos horas y media y faltaron dos jugadores clave, Juan Carlos Ferrero, que no había llegado aún de Viena donde disputó el domingo la final, y Carlos Moyá, que se desmarcó (este año decidió no participar en Copa Davis) y envió en su lugar a su entrenador, Joan Bosch. Muñoz ha prometido que con ellos tendrá también una charla particular. En esta reunión, previa a la que mantendrán hoy los jugadores y el nuevo capitán, Emilio Sánchez Vicario, quedó claro que los tenistas quieren hacer valer más su voz. Pidieron explicaciones al presidente y le expusieron que, debido a su mayor conocimiento del juego, tienen siempre que ser escuchados. El resultado es que a partir de ahora Muñoz dejará el diálogo con ellos para Javier Duarte, director deportivo de la Federación, y al propio Emilio. «Ha sido una reunión magnífica que ha permitido una mayor cercanía, un mayor conocimiento de lo que el presidente piensa de su proyecto global y también la oportunidad de que me conozcan más personalmente», dijo Muñoz. «Les he explicado, que debía hacerlo, de una manera mas cercana y personalizada algunos aspectos de mis ultimas decisiones y yo también he aprendido de los jugadores», añadió. «He ido para explicar y escuchar, y también he aprendido que hay algunas cosas que debo tener en cuenta con ellos«, admitió el presidente. »Estoy satisfecho y encantado del comportamiento de los jugadores», añadió. Muñoz admitió que había dado a los jugadores «bastantes explicaciones» y que tras el encuentro había tomado cumplida nota de sus reivindicaciones, sobre todo en lo que respecta a sus decisiones particulares como el caso del nombramiento del capitán. «Expliqué por qué me había adelantado, por qué había precipitado mi decisión. Ellos reivindincan que les escuche en temas profesionales, y me parece correcto. Y que si hay mayor conocimiento por parte de ellos, que mis decisiones vayan en favor del ámbito profesional y sobre todo del equipo de Davis». Algunos como Albert Costa, el preferido por los jugadores, no asistió al encuentro. «No me veía con corazón de ir a la reunión. Ya había hablado con el presidente y sabía lo que había. No pintaba nada», dijo el tenista ilerdense. Albert, que se ha convertido extrañamente en el derrotado de todo este asunto, quiso calmar la situación. «Yo no diría que hay un divorcio jugadores-presidencia. Pero sí que los jugadores están sorprendidos por cómo ha ocurrido todo esto y la elección del capitán. Yo les entiendo. Porque si me ponen un capitán que no es nuestro elegido es normal que haya algo de molestias», apuntó Costa.