Triunfo de más que un deporte

El Juego de Pelota, semilla prehispánica de los deportes de equipo, logró el mayor éxito en siglos al plantarse ayer con su cancha y sus ritos en el moderno Museo de Antropología, el más importante en la historia de la cultura mexicana. Casi 3.500 años después de su invención, el Museo de Antropología con el respaldo de un grupo de notables agrupados en un Patronato, construyó una cancha (Tlaxco en náhuatl), a escala para que sus visitantes comprendan la expresión deportiva de los antiguos. «La cancha es fundamental para la comprensión de las culturas prehispánicas y la supervivencia de estas tradiciones, que son expresiones que identifican a México», dijo el director del Museo de Antropología, Felipe Solís. Pequeña con sus 27 metros de largo y 13 metros de ancho y con sus anillos de piedra a los extremos, la cancha tiene la forma de una «doble T» y es una réplica de la cancha de la ciudad prehispánica de Xochicalco, centro de México. Deporte y rito, el mundo antiguo levantó en sus ciudades canchas como pruebas de la trascendencia de este juego, que les permitía conocer y prever los peligros que el sol afrontaba en su recorrido por el firmamento. «En todas las ciudades arqueológicas de México como Chichen Itza y Monte Albán hay canchas de pelota y la ciudad de Cantona (Puebla), tiene una treintena de canchas», dijo Solís, para explicar la importancia de este deporte prehispánico. El juego se relacionaba con la lucha de contrarios, el día y la noche, vida y muerte y su valor religioso fue tan grande para los indígenas, que los españoles y la iglesia católica lo combatieron con toda su fuerza hasta prácticamente extinguirlo. En algunas regiones de México como el estado de Sinaloa, que estaban prácticamente aisladas del centro colonial hispano, este deporte pudo sobrevivir en una modalidad que lleva por nombre Ulama . El Ullamaliztli (Juego de Pelota) tiene varias modalidades, una en la pelota se golpea con un palo de madera (como el hockey sobre hierba), el Ulama (con primer saque), el Trehua (con el antebrazo (como el voleibol) y el de mazo (que funciona como una raqueta de tenis). Deportivamente, el objetivo era hacer pasar la pelota de hule por el anillo de piedra ( Tlachtemalácatl ) y esto era algo tan difícil de conseguir que cuando se anotaba, el juego se dada por concluido, explicó Joel López Pérez, jugador de Ulama en México. López Pérez y sus jugadores de Ulama llevaron este deporte al Foro de las Culturas de Barcelona 2004 y además de dar exhibiciones se dedican a mantener vivo este juego con un encuentro dominical en el que el único riesgo es perder una apuesta de 600 dólares. Los jugadores utilizan un calzón de manta, protecciones de cuero de vaca en la cadera y el antebrazo y un pañuelo ( Paliacate ) en la cabeza que con el color distingue a los dos equipos en pugna, explicó el jugador Jorge Arturo Castro. La pelota de hule y las modalidades al golpearla con coyunturas y algunas veces con el pie, han sido consideradas por arqueólogos como una simiente prehispánica para los actuales juegos de equipo, como el voleibol, el baloncesto y el fútbol. Una misión cultural-turística de México llevará el Juego de Pelota a Alemania como parte de una exhibición de los deportes relacionados con la historia del fútbol.