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LUCHA LEONESA 2000

¿Ante un circense Ribera-Montaña?

Publicado por
MARRO
León

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DADA la proximidad del corro denominado Ribera-Montañam abordamos monográficamente esta a priori atractiva competición-celebración, al tiempo que así nos alejamos y liberamos por el momento de la contemplación del oscuro (negro, negrísimo) panorama general del presente luchístico. E incidimos en lo que «a priori», porque las expectativas en cuanto al posteriori no son tranquilizadoras y se respiran aires de circo cara a este evento. Y es que estamos en lo de siempre, quedarse en la anécdota y el pintoresquismo (el luchador ciego, el enfrentamiento chico-chica¿). Cuando lo pintoresco, arcaico, rancio, atávico nada tiene en común con lo tradicional, popular, genuino, ancestral... Vestimenta ancestral para el Ribera-Montaña de este año, asambleariamente decidido. Pues recuperar sí, pero con sentido de la medida y el buen gusto (¿disfraces?). Entre lo sublime y lo ridículo sólo hay un paso. Así que puestos a disparatar, ¿cómo no se consideró la asamblearia «propuesta ratonera» de luchar con boina en tal ocasión? Eso, gorra aluchero-ratonera del aluche de la boina, también propuesta asambleariamente por algún aluchero-ratonero. Degeneración sobre una idea admisible -en principio- de recuperar «la estameña» de las esencias y lo genuino. Bien, pues en esa línea de recuperar lo auténtico y razonable, va nuestra aportación. Incorporar-experimentar la atractiva, también a priori, «irregularidad» de permitir soltarse sin penalizar con la media caída reglamentaria. Ideal en un Ribera-Montaña, porque, primero, en los corros del «uno detrás de otro», sin eliminatorias y a una caída entera, no se consideraban las medias; y, segundo, al ser previsible importantes desequilibrios y descompensaciones de peso entre las parejas, se está dando alguna opción equilibradora -defensiva e incluso de ataque- al de menos peso y presuntamente más débil, lo que debería repercutir positivamente sobre el espectáculo: vistosidad y emoción de los combates, etcétera. Marropiniones. Y marroposicionamientos: como pensamos que por ahí, por un previsible Ribera-Montaña con ese tufo circense que señalábamos, no debieran ir los tiros en cuanto a proyección de imagen de la lucha leonesa, vamos con el contrapunto en clave de proyectar imagen cuidada y seria. Televisivamente en este caso. En base a los precedentes, por ejemplo, de aquellos primer y segundo Torneo Relámpago de Lucha Leonesa Trofeo Cultural del intermedio futbolero; o los denominados Corros del 18 de Julio, en ocasiones a modo de velada, merced al esfuerzo personal e imaginativo de la O.S. de Educación y Descanso. Y en cuanto a referente negativo, el programa de TVE con Federico Gallo Gran Premio entre 5 luchadores de pesados dispuestos a amarrar el suculento premio de las 30.000 pesetas del año 67 a costa de retortijones o como fuera. Recuerdan nuestros titulares «Veladas televisivas ¿para cuándo¿?» Pues ¡ya! Bajo el lema de -televisivamente al menos- mucha más ambición y mucho menos conformismo. Velada montada ad hoc , expresamente para ser televisada en directo. Y ya de entrada en las antípodas del superpremio económico del «Gran Premio de TVE» de los pesados-pesadísimos; e incluso de los senior en general. Con luchadores de lucha de base, cuyo mejor y más gratificador premio para los chavales habría de ser la propia satisfacción gratificante de la participación; de actuar e intervenir televisivamente. Y en reserva, y bajo los mismos parámetros, velada con veteranos, a la manera de aquellas vistosas demostraciones en los «Homenaje al aficionado» de la época de la Agrupación. Reiteramos, velada concienzuda y cuidadosamente preparada. Confeccionada a la medida de la televisión y consecuentemente de los telespectadores con todo lo que implica de específicamente diseñada ¡A la medida televisiva! ¿Espacio León, con espectadores en el corredor al modo en que fue instalada exitosamente en un centro comercial de Oviedo -Los Prados- una bolera asturiana, con a modo de tribunas-balconcillos en pisos superiores¿? ¿Sin público en una espaciosa exposición de automóviles (o tractores para conectar con el acento rural de la lucha leonesa? ¿Dorsales en las camisetas para mejor indentificación como en el relampagueante Trofeo Cultural? Etcétera, etcétera. Pero en todo caso, ya sin interrogante: ocho luchadores, clasificaciones del 1.º al 8.º, doce combates totales con tres por cada participante ¡y no superior a 30 minutos de duración total! Ideas, sugerencias, propuestas¿ Y puede que hasta elucubraciones, por más que soportadas argumentalmente. Soporte argumental en ocasiones con aval experimental (ideas viables y factibles). Claro que por muy contrastado experimentalmente y sin concesiones al empirismo, los experimentos con gaseosa¿ Pues en tal línea va nuestra aportación. Ideas, ideas, ideas¿ Con el posibilismo de factible, viable, realizable. Y no difícilmente patrocinable. Alejándose del papanatismo repetitivo de limitarse a exaltar tan sólo a los campeones de campeones. Y así nos va¿ y les va a las cifras de participación. En definitiva, al futuro de la lucha leonesa.

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