El Chelsea infringe demasiado castigo a un Betis muy osado (4-0)
Impuso calidad y pegada ante un rival que fue de más a menos y cometió errores decisivos
Oliveira y Del Horno disputan un balón en un partido de claro color azul
La lógica se cumplió en Stamford Bridge. Pese un comienzo prometedor en el que los verdiblancos soñaron con la gesta, el Chelsea goleó por calidad, pegada, estado de ánimo y un par de errores infantiles de un rival primerizo. Ante un rival tan nombrado, y en una competición de tanto postín como la Champions, el Betis salió tranquilo. Arrancó como debía, con descaro, sin atrincherarse. Puestos a perder, mejor hacerlo con osadía. El Betis sorprendió a los de Mourinho con una salida espectacular. Tocaron más y mejor, tuvieron más el balón, jugaron más en terreno rival y dispusieron de las mejores ocasiones. Fue un espejismo. Lástima que el incombustible Makelele salvara bajo palos un cabezazo de Juanito, quien luego no llegó por poco a un gran centro de Joaquín. Perdonó y eso ante los más grandes, se paga con la derrota y hasta la goleada. El Chelsea, que estaba agazapado, aprovechó su segunda ocasión para decantar el duelo a su favor. Drogba definió con maestría. Fue una jugada tonta, producto de un balón regalado. Lo mismo cuando Lampard lanzó una falta sin demasiado peligro y Doblas, que pudo despejar de puños, regaló el gol a Carvalho al escapársele el balón en la misma línea de meta. La segunda mitad fue un paseo para el Chelsea. Goleó al contragolpe, como el que no quiere la cosa y merced a un ajustado disparo de Cole y a un certero testarazo de Crespo, demostró que su plantilla no puede ser más versátil. El Betis, desfondado física y anímicamente, bastante hizo ya con evitar una goleada escandalosa.