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La nula fiabilidad del Fiat de Salegui arruina su temporada

El leonés sólo ha podido acabar dos pruebas: su Stilo se ha roto en tres y no llegó para una

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O. Marrón - león
León

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El que se preveía que debía ser un año de gracia y éxitos para el leonés Abel Fernández Salegui y su copiloto Íñigo Serrano se puede calificar ya como aciago. Y no precisamente por responsabilidad suya, si no del equipo. Los leoneses se habían ganado a pulso en el 2004 un coche oficial al proclamarse vencedores, como equipo privado, de la Copa Fiat Punto en el Nacional de Rallies de Tierra. Para el 2005 ambos desbordaban ilusión por disputar para ganar el campeonato en la categoría de dos ruedas motrices con el Fiat Stilo de la escudería oficial de la marca italiana. Pero la nula fiabilidad del coche y del equipo Fiat Auto España han dado al traste con el que debía ser el mejor año para Salegui y Serrano. Empezó mal el campeonato en Alcañiz, allá por el mes de abril, cuando el coche ni siquiera llegó desde la fábrica italiana para disputar la carrera. La ilusión no decayó en los leoneses y pensaron que aún había tiempo. Pero en la segunda cita del Nacional de tierra, Cáceres, algunas piezas llegaron tarde y hasta el día antes se mantuvo la incógnita de si correrían o no. finalmente «fue que sí», pero apenas si pudieron tomar contacto con el coche, con el que entrenaron, lo tocaron, por primera vez casi de noche. A pesar de todo, fueron terceros en su categoría. La cita de León es la única satisfacción este año. Se impusieron en la categoría «en casa» y fueron novenos en la general absoluta. A partir de ahí, cero en las tres siguientes de nuevo para el Fiat Stilo: las dos carreras de Madrid y la de este pasado fin de semana en Córdoba se saldaron con sendos abandonos por avería. Aún así Salegui no habla del equipo, a pesar de que sólo le queda Orense, dentro de 20 días para tratar de cerrar dignamente: «La fiabilidad allí será decisiva». Porque Córdoba fue un calco de las anteriores pruebas aciagas. «Salimos a por todas y tras dos tramos éramos líderes en dos ruedas motrices. Todo iba perfecto y teníamos un coche muy rápido. En la segunda sección todo se vino abajo cuando las copelas de la suspensión delantera se rompieron. Entonces, hicimos los dos siguientes tramos muy despacio para no romper del todo», declara el piloto leonés. A mitad de rally estaban colocados en la cuarta plaza de su categoría y aún quedaban cuatro tramos más para remontar. «Nos lanzamos en los últimos tramos y el ritmo era frenético», decía Iñigo. «Pero no fuimos más allá del primer tramo ya que a poco menos de dos kilómetros de meta el coche se quedó en tres cilindros y se paró definitivamente después de pasar la meta. Aún así, hicimos el octavo mejor tiempo absoluto del tramo y primeros en dos ruedas motrices».

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