Diario de León

Ademar arrolla y ridiculiza a un Teka que fue despedido con pitos (29-43)

Tras unos primeros compases igualados, el equipo leonés hizo valer su calidad y potencial Minutos para los menos habituales Cad

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Alberto Antolín - santander
León

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No hubo color. Tras unos primeros veinte minutos de igualdad y equilibrio, el Ademar hizo valer su superioridad técnica y su mayor profundidad de banquillo para endosar una contundente derrota al Teka Cantabria. Los locales, que comenzaron muy bien, se fueron diluyendo con el paso de los minutos e, incapaces de superar la sólida defensa leonesa, acabaron bajando los brazos cuando aún no se había llegado a la mitad de la segunda parte. Y es que los segundos treinta minutos de juego fueron una exhibición leonesa ante un Cantabria abatido. El inicio del partido resultó muy igualado, con alternativas en el marcador para ambos equipos. Pese a todo, parecía que los locales saltaron más concentrados a la pista, y durante los compases iniciales del choque el Teka Cantabria impuso un fuerte ritmo de salida a base de mover el balón muy rápido en ataque y con una defensa muy agresiva sobre los jugadores del Caja España Ademar. Al conjunto leonés le costaba encontrar su sitio sobre la cancha, ya que la defensa tan intensa del conjunto cántabro les impedía ejercer su juego en ataque. Sin embargo, poco a poco, el equipo de Cadenas se fue deshaciendo de esta presión local y, a media que iban pasando los minutos, el Ademar comenzaba a distanciarse en el marcador. La buena actuación del guardameta Jorge Martínez ayudó a los leoneses a frenar el ritmo del equipo rival, aunque es cierto que, sí buena era la actuación de Martínez, no lo fue menos la del portero local Javi Díaz, que con sus intervenciones logró que el equipo de Manolo Cadenas no se fuera en el marcador. Así las cosas, y pese a los esfuerzos leoneses, la diferencia del Ademar no era nunca superior a los dos goles. El partido no estaba siendo fácil, pero el Caja España supo mantener la calma y poco a poco el Ademar fue encontrando su sitio en la cancha de juego, sobretodo gracias a la aportación de Stranovsky, que desde el extremo lograba desarbolar la defensa contraria, como lo demuestran los nueve goles que lograba en su casillero particular en estos primeros 30 minutos de partido. Los últimos ocho minutos de juego de esta primera parte fueron de total dominio leonés. Los de Manolo Cadenas, a base de robar balones y con contras rápidas, lograban llegar al final de esta primera parte con una diferencia de ocho goles que dejaba prácticamente sentenciado el partido. Y así fue, en la segunda parte la tónica del partido no varió un ápice respecto a los últimos minutos de la primera mitad. Así, estos segundos treinta minutos de juego fueron un auténtico paseo para el equipo leonés que volvió a la cancha muy concentrado y con una defensa más agresiva. La solidez en la zaga no sólo evitó que el Teka recortase distancias, sino que permitió a los de Manolo Cadenas recuperar muchos balones y hacer una de las cosas que mejor sabe hacer, salir rápido al contragolpe. Con este ritmo de juego, y ante un Teka Cantabria que notaba el paso de los minutos, el Ademar consiguió anotar un parcial de 1-4 en los cinco primeros minutos de juego de esta segunda parte, que dejaba el choque visto para sentencia. Con once goles de ventaja a su favor, el Ademar se convirtió en el único equipo sobre la pista ante un Teka Cantabria que, viéndose muy por debajo en el marcador, bajó los brazos y entregó completamente el partido. El Ademar, con una defensa seria y unos rápidos contraataques lograba ir incrementando las ventajas en el marcador, además de controlar el juego sobre la cancha. Dando ya el encuentro por perdido y con sus hombres titulares extenuados, el técnico local aprovechó el resto del partido para dar entrada a hombres menos habituales, táctica que también utilizó Manolo cadenas. Pese a ello, y a jugar ya a medio gas, el Ademar no paró de ir aumentando su marcador y dominó en todo momento a un Teka completamente abatido, desdibujado y que no supo oponer resistencia a la mejor calidad de los jugadores del Ademar. Con el partido prácticamente sentenciado la segunda parte fue casi de trámite. El Ademar no tardó en alcanzar una renta de diez goles que mantuvo y que incluso amplió lo que enfrió un pabellón ya de por sí desangelado por la coincidencia con la jornada de la Liga de Campeones de fútbol. Al final los cántabros fueron despedidos con pitos después de encajar 43 goles. Demasiados.

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