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España debuta hoy ante Francia con el cartel de ser el rival a batir

La selección de Pastor se enfrentará en cinco días a los mejores equipos del mundo

Imagen histórica de la selección que conquistó el Mundial de Túnez con Juanín y Entrerríos

Publicado por
Leontxo García - hannover
León

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Actual campeona del mundo y ganadora de la Supercopa en 2003, España afronta este durísimo torneo bienal en Alemania para consolidarse entre las grandes potencias de un deporte en el que media docena de países aspiran siempre al oro. La selección de Juan Carlos Pastor debe ganar en Bremen a Francia (hoy, 20.30, Teledeporte) o en Magdeburgo a Suecia (jueves, 18.00, Teledeporte), para estar el sábado en las semifinales de Halle, contra Croacia, Rusia o Alemania. El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetsky, incluye «la renovada selección de balonmano» junto a Fernando Alonso, Rafa Nadal y Dani Pedrosa cuando argumenta su convicción de que «el futuro del deporte español está asegurado», porque buena parte de las actuales estrellas son muy jóvenes. Y el seleccionador, Juan Carlos Pastor, no esquiva el reto: «Ahora tenemos un prestigio que defender, somos el rival a batir», dijo en la concentración de Alcobendas, poco antes de volar hacia Hannover, sede del hotel de la selección y de la final del domingo. No hay favoritos al título ¿Quiere eso decir que España es el claro favorito de la Supercopa? Rotundamente, no. En realidad, ni siquiera el último puesto sería una gran sorpresa, siempre que llegase tras un rendimiento digno. Los seis participantes, en dos grupos de tres, serán aspirantes sólidos al oro en el Europeo de Suiza, dentro de tres meses. El nivel más alto del balonmano está muy concurrido; Francia y Suecia pueden provocar que España sea última de grupo y quede fuera de las semifinales; y cualquier orden en la clasificación del otro grupo también estaría en la normalidad. Pero también es verdad que estamos en el primer año del ciclo olímpico, en periodo de renovación, y a todas las grandes selecciones les falta algo. Suecia, Rusia y Alemania no son las de hace diez años, aunque sus jóvenes prometen mucho, sobre todo los suecos; de la calidad de Croacia no cabe duda, pero tampoco de su irregularidad. Tal vez el primer partido, contra Francia, sea el más difícil: a pesar de que ya no está el mago Richardson, y de que una lesión de Bertrand Gille quizá le impida jugar, los galos son un rival temible, con el cañonero Karabátic y el veloz extremo Guigou como principales armas ofensivas. En ese contexto favorable, España está en alza: oro en el Mundial de Túnez (febrero) y en los Juegos Mediterráneos de Almería (julio); la mejor liga del mundo, en cuanto a calidad de jugadores y varios puestos de la selección muy bien cubiertos, hasta con cuatro jugadores de gran calidad, lo que amortigua las ausencias por lesión de Alberto Entrerríos y Garralda, reemplazados por Julio Fis y Beláustegui, respectivamente. Por tanto, Pastor tiene motivos para aceptar el reto, pero ahora, entre esta Supercopa y el Europeo de enero, debe confirmar que Lissavetsky tiene razón. El cuadro español debuta hoy ante Francia, rival con el que también ha sido emparejada en el Europeo de Suiza, y el jueves se medirá a Suecia. El objetivo insiste Pastor es «probar, asentar conceptos e ir partido a partido», porque el seleccionador no renuncia a la victoria final. En la competición también participará en el otro grupo Croacia, Rusia y Alemania. También empleará estos enfrentamientos el técnico para probar algunas de las novedades de cara al futuro, sobre todo en defensa. «El Mundial lo jugamos empleando casi todo el tiempo un 6-0, mientras que en los Juegos Mediterráneos los mejores encuentros los hicimos con un 5-1. Tenemos que asentar ambas defensas y cuanto antes lo consigamos mejor», explicó. El equipo español apostará en esta ocasión por la continuidad. Como reconoce Pastor la convocatoria es «una mezcla de los jugadores que estuvieron en el Mundial y en los Mediterráneos». Las novedades en esta nueva convocatoria de Pastor son Belaustegui, Roberto García y Julio Fis que ocupan los huecos dejados por Alberto Entrerrios, baja de última hora por lesión, Fernando Hernández y Mateo Garralda, con sus problemas físicos en la espalda habituales y al que el técnico ya ha decidido en las últimas convocatorias reservarlo para las grandes ocasiones ante su agotamiento.