Un penalti inexistente afea otragran demostración del Barcelona (2-0)

El Barça sumó su segunda victoria consecutiva como local ante el Málaga iniciada gracias a un inexistente penalti provocado por Ronaldinho. Un error de Puentes Leira que desvirtúa un triunfo local inmensamente merecido y que no pudo gestarse con anterioridad por culpa de Francesc Arnau. Por fin un visitante del Camp Nou se atrevió a echar la línea defensiva más allá de su propia área. La apuesta de Antonio Tapia era arriesgada aunque sólo fuera para cuarenta y cinco minutos. Frank Rijkaard no estuvo tan espléndido con sus aficionados. Messi al banquillo. Había que cuidar el ánimo de Giuly. La partida se iniciaba más viva. Edmilson y Van Bommel solventaban las bajas de Belletti y Deco con solidez. El brasileño actuó como eje dominador del centro del campo. Además, ofrecía una nueva variante al permutar su posición en la fase ofensiva con Márquez. Por su parte, el holandés elevó la marcha azulgrana participando casi siempre al primer toque. Sus prestaciones descubrieron al Barça más vertical de la temporada. Giuly acumuló el mayor número de opciones pero entre Arnau y un mal remate con la zurda evitaron el tanto. A las opciones del menudo francés se le añadieron dos disparos de Eto'o y un buen remate lejano de Van Bommel. Todo ellos bien solventados por un ex azulgrana como Arnau que se estrenaba como visitante en el Camp Nou. El Barça, sin controlar en exceso el juego, disfrutaba de un buen número de ocasiones. Faltaba darle la puntilla a un Málaga con escaso 'punch' ofensivo. Un tremendo error de marcaje de Sylvinho pudo echar al traste ese planteamiento pero Edgar marró su cabezazo. Plan 'B' Rijkaard se debía oler que el Málaga se acularía. Tocaba apostar fuerte. Iniesta a escena. Su fugaz aparición chocó con el guante izquierdo de Arnau. Acto seguido, el portero catalán evita el disparo de Van Bommel. El Málaga ya se parecía más a todos los rivales. Postrado en su propio campo esperaba que Arnau se convirtiese en un héroe para sacar algo positivo del Camp Nou. Los andaluces necesitaban un milagro. El Barça era un vendaval. Nueva ocasión. Arnau evita el remate de Iniesta y dos de sus defensas el de Van Bommel a puerta vacía. Solventados un par de córners andaluces, el Barça volvía a la carga ya con Messi y Larsson en sus filas y un Camp Nou entregado a la causa. El argentino disparó primero. Arnau otra vez. El portero catalán no contaba esta vez con el inefable Puentes Leira que picó en una caída de Ronaldinho ante Juan Rodríguez. El gallego se tragó la argucia del brasileño que no falló. El Camp Nou vibraba con su equipo que ofreció la mejor imagen de la temporada como local decorada con una maravilla final de Larsson. La vaselina del sueco desataba la algarabía. Fiesta azulgrana.