Diario de León

Ademar embarca para los octavos Kjelling, el brazo ejecutor, volvió a jugarse una rosca

En un partido serio y pleno de intensidad sella su pase a la próxima ronda de la Liga de Campeones

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Georgino Fernández - león
León

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Objetivo conseguido. El Ademar embarcó ayer en el buque que lleva a los octavos de la Liga de Campeone y donde sólo tienen cabida los 16 mejores equipos del continente. La plantilla se había conjurado para no fallar y para dar la talla y a fe que lo hicieron. Con un partido serio, sin distracciones, pleno de intensidad y en varios momentos incluso brillante, el Ademar sentenció sin contemplaciones a los suecos del Savehof para asegurarse matemáticamente la segunda plaza del grupo B. En la jornada de ayer, el otro gran rival de este cuadro, el Celje esloveno, se deshizo también de forma contundente de los griegos del Athinaikos por un marcador muy parecido al que se registró en el Palacio de Deportes: 33-23. Ambos conjuntos están ahora empatados a ocho puntos y el primer puesto del grupo se decidirá el próximo 12 de noviembre en la infernal pista balcánica. Pero esa será otra historia. La que nos ocupa fue la que en la tarde del sábado se vivió en el Palacio de Deportes que hacía bastante tiempo que no vibraba con el juego del equipo o que podía disfrutar de un partido sin la angustia de mirar cada dos minutos al marcador para ver como el rival ponía el aliento en la nuca a los jugadores de Manolo Cadenas. Desde el principio se vio que el guión del partido no iba a ser ese. El equipo salió serio y concentrado en defensa. Viran Morros y Prendes formando en el centro, perfectamente secundados por Castresana e Ivo Díaz, contenían los ataques suecos con solvencia. El cubano estuvo muy activo y acertado, cortando balones, saliendo a los tiradores, obstaculizando y atento a cortar los pocos balones que llegaban a los pivotes. Castresana, que confirma en cada partido que atraviesa por un gran momento, también estuvo intenso en labores de contención y en ataque volvió a hacer su papel a la perfección. Forzó cuatro penaltis cuando le llegó el cuero y colaboró además con dos tantos. Sin embargo, sería injusto destacar sólo a algunos porque el Ademar funcionó como un verdadero equipo, donde todas las piezas cumplieron su papel. Entrerríos volvió a estar acertado en la dirección, Perales cuando salió mantuvo el tipo, los extremos -con la excepción de Stranovsky que tuvo una tarde negra- demostraron porqué ese es uno de los puestos mejor cubiertos del Ademar e incluso Laluska dio mejores sensaciones. Por lo pronto, los dos lanzamientos que hizo acabaron en la red. Esa es una buenan noticia porque el húngaro precisa reforzar su autoestima y su autoconfianza de forma importante. El Ademar se parecía al del comienzo de la pasada temporada. La afición volvió a disfrutar con los contraataques -hubo ocho- y en ataque estático el balón circulaba con mucha mayor fluidez que en otras ocasiones. El juego armónico y un Jorge Martínez inmenso en la portería marcaron pronto las primeras diferencias. Del minuto 15 al 21 de la primera mitad el Ademar rompe el partido y se coloca con una clara ventaja 13-7. Los suecos nunca tuvieron opciones. Su mejor hombre y uno de los mejores centrales de la actualidad, el internacional Larholm, no hizo su primer gol hasta el minuto 16, muy bien vigilado por el 6-0 de la defensa leonesa. Fritzon el pivote que «cosió» la portería leonesa en el partido de ida tampoco veía puerta y otro internacional, el extremo Lennartsson, estaba desaparecido en combate. Sólo un arreón en la recta final de los suecos, cuando el Ademar levantó un poco el pie del acelerador, permitió a los suecos llegar al descanso con un marcador digno: 16-13, gracias a un parcial de tres a uno. Pero el apretón no pasó de ahí. El Ademar sabía que no podía fallor y no dio opción a ninguna sorpresa. En la segunda mitad el equipo mantuvo la intensidad e incluso mejoró en el ataque estático, firmando jugadas realmente brillantes. En el minuto trece con un juego magnífico, los de Cadenas volvían a poner tierra por medio con siete goles de diferencia (23-16). Las cosas pintaban francamente bien. El pabellón disfrutada y la afición hacía la ola, encandilado con el juego del Ademar y con la tranquilidad que daba ver a los suecos en unas diferencias que oscilaban entre los seis y los nueve goles. Al final 33-22 y clasificación matemática para los octavos de la Liga de Campeones con un equipo que ayer dejó muy buenas sensaciones. A seguir así.

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