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El Madrid saca petróleo de su mal juego y logra los tres puntos

Necesitó dos penaltis sobre Robinho para batir a un Zaragoza al que le faltó creers e ganador

Robinho falló un penalti y demostró su personalidad pidiendo tirar el segundo cinco minutos después

Publicado por
Ignacio Tylco - madrid
León

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Un Madrid lento, sin ideas, incapaz de generar fútbol en la zona ancha y muy mermado por las bajas logró tres valiosos puntos frente a un Zaragoza falto de ambición porque nunca se creyó que era superior. Para vencer, necesitó hasta dos penaltis casi consecutivos cometidos sobre Robinho en el tramo final y pitados sin titubear por Muñiz Fernández. En el primero, el brasileño permitió lucirse a César; en el segundo, Roberto Carlos ya no perdonó. Pese al triunfo frente al 'rey del empate', el público salió del Bernabéu molesto con la actitud y el juego de sus ídolos, que si no mejoran radicalmente pueden estrellarse pronto, en cuanto se enfrenten a un rival de enjundia. Y el Barça les visita el 19-N. La otra teoría permite pensar que si jugando así el Madrid gana, qué hará cuando brille y tenga a toda su artillería disponible. Salvo la lesión muscular de Woodgate y el choque entre Álvaro y César que dejó al ex madridista con la cadera maltrecha, poco más se puede reseñar de una primera mitad en la que el Real Madrid daba la sensación de que no podía y el Zaragoza de que no quería. El juego era la antítesis de lo que representa el fútbol moderno, caracterizado por la fuerza y la velocidad. Los protagonistas jugaron a ritmo de jubilados que pasean en una agradable tarde. Los maños controlaban pero, quizá por temor a descubrirse, no veían ni de lejos a Iker. Los madrileños seguían sin fluidez en el centro del campo, donde ni Sergio Ramos, ni Diogo, ni por su puesto Mejía, que probó ahí unos minutos, son organizadores. Sin toque, sin movilidad y sin desmarques, era misión imposible romper la línea adelantada de los maños. Los críticos aficionados de Chamartín echaban de menos las ayudas en la elaboración de Beckham y Guti, más adelantados, y la presencia del canterano De la Red, aburrido en el banquillo. Desperezarse Menos mal que en la segunda mitad los protagonistas se desperezaron. Por un momento, el Zaragoza se dio cuenta de que podía ganar el partido. Le bastaron dos acciones para estar a punto de marcar. Pero fue un espejismo porque enseguida volvió a las andadas, a intentar manejar el partido sin asumir riesgos, y eso ante un rival así se paga caro. El Madrid aceleró, Guti encontró a Robinho y el pequeño sacó provecho de la inocencia maña en esos dos penaltis. Quiso tirar el segundo tras fallar el primero, pero Luxe y Roberto Carlos pensaron que sería mejor no hacerlo. Y acertaron.

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