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Los obstáculos en la cima

El leonés Rafael Lomana, que ha trabajado en la preparación de las pistas de esquí en los principales campeonatos del mundo, cuenta la dificultad de ser esquiador profesional en España

El esquiador leonés Rafael Lomana, durante la pasada Fis Worl Cup disputada en Granada

Publicado por
Olga Suárez - león
León

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La esquiadora granadina María José Rienda consiguió el quinto puesto en gigante, en la Copa del Mundo celebrada el pasado 26 de octubre en la austríaca estación de Suelden. En la estación sueca de Are, un año antes, ya había logrado la primera posición en el gigante de la Copa del Mundo. Nada tiene que envidiar esta esquiadora de treinta años, que lleva dedicándose prácticamente toda su vida al deporte de invierno a otros deportistas españoles en alza y de los que, sin embargo, se oye hablar más en los medios de comunicación. Pero el esquí es un deporte que no atrae tanto como otros en España, y sus aficionados deben ingeniárselas para ver las imágenes en cadenas de televisión europeas, de un continente donde la mayoría de los países han apostado siempre por el esquí. Es cierto que aquí cada vez hay más afición; cuando se acerca la temporada invernal, los leoneses son los primeros que llenan cada vez más las estaciones de Pajares y San Isidro. Pero todavía está muy lejos la afición al esquí de competición. No ocurre lo mismo en Granada, donde se trabaja desde el deporte base, con una Escuela de Alto Rendimiento. También las pistas lo requieren. Allí mismo, en Sierra Nevada, trabaja desde hace años un leonés enamorado del esquí. Rafael Lomana -aunque allí, en el sur, es conocido como Rafa León- entró en el mundo del esquí en la estación de San Isidro hace veinticinco años, donde colaboraba con la Cruz Roja en servicios en pistas y rescates. En 1992 dio un gran paso en su carrera profesional al poder viajar a Francia para colaborar en los Juegos Olímpicos de Albertville. Y más adelante, ya se instaló en Sierra Nevada, donde se dedica a la producción de avalanchas, o lo que es lo mismo, preparación de las pistas para las competiciones, con el fin de asegurar la seguridad de los deportistas. La educación en el esquí Rafael conoce a María José Rienda, y también a Carolina Ruíz, la promesa más joven del esquí español que, con 21 años, ya es dueña de un segundo puesto en la prueba gigante de Sestrieres, puntuable para la Copa del Mundo. Y reconoce que ambas han llegado a dónde están gracias al empeño de sus padres por iniciarlas en el mundo del esquí cuando apenas habían empezado a jugar. Pero son contados los nombres de potenciales esquiadores españoles de competición. Rafael nombra a Noruega, por poner un ejemplo; «Allí hay colegios dentro de las estaciones, con un volumen de gente que puede llegar a algo. Por eso es tan valioso lo que están logrando las chicas españolas; si en Noruega se preparan cien niños, es normal que alguno esté entre los mejores, si aquí sólo hay una o dos, tiene más mérito que llegue arriba». Pero el leonés de Sierra Nevada también reconoce que el mundo del esquí de competición en España es muy cerrado y además caro, pues para entrenar durante los meses de verano tienen que desplazar a todo un equipo a pistas de esquí de otras partes del mundo. Y como siempre que se trata de dinero, es difícil conseguir patrocinios cuando las empresas no saben exactamente la repercusión que tendrá el deportista. Aunque su trabajo diario se encuentra en Sierra Nevada, Rafael se desplaza a cualquier lugar donde se celebre una alta competición. Por eso, él también cuenta con los patrocinios de Daines y Adidas. Desde los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville, este leonés ha pasado por muchas estaciones y muchas grandes competiciones. Para el futuro, aunque piensa seguir preparando competiciones por todo el mundo, está experimentando con el esquí extremo, fuera de pista, donde toda la seguridad depende del esquiador. Y como siempre, seguir intentando potenciar un deporte en España, un país con pocos competidores.

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