Diario de León

EN LA GRADA

Eto'o cambió los pitos por el temor

Publicado por
ENRIQUE RAMÓN
León

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EL CAMERUNÉS Samuel Eto'o, delantero del Barcelona, pasó con sobresaliente su particular examen en el Santiago Bernabéu ante la afición madridista que, si al principio le silbó en cada balón que tocó, al final se rindió a su juego y su pegada ante la portería contraria. La enemistad con Samuel Eto'o fue creciendo según pasaban los minutos. Cuando sonó su nombre por megafonía la afición del Real Madrid, con ese barómetro que da la pitada al jugador en cuestión, le recibió con muchos gritos pero menos de los esperados, o tal vez con la violencia que se esperaba. Además, la ausencia de pancartas en su contra invitaban a pensar que tal vez, sólo tal vez, pasara inadvertido. Que los cánticos ofensivos del año pasado se habían amortiguado con sus disculpas al día siguiente. Sin embargo, dio la sensación de que los espectadores estaban esperando al primer balón que tocara. Fue en el minuto 3 de partido y la pitada duró varios segundos. Pero nada comparado con el minuto 15, cuando Eto'o marcó el primer gol. Tras una gran jugada de Messi, que se plantó en la frontal del área ante la pasividad de la defensa blanca, la pelota le llegó al atacante barcelonista que no perdonó y marcó. Ahí Eto'o estalló. Se fue a un lateral y celebró con rabia el tanto. Primero levantó un dedo al cielo, después se abrazó a sus compañeros y más tarde le dedicó el gol al palco del Benabéu. Un sector de la afición la emprendió con él, al que le dedicaron gritos racistas imitando al mono, algo que volvió a suceder en la siguiente vez que tocó la pelota. Pero lo que durante los primeros treinta minutos habían sido gritos, tras el gol se convirtió en silencio. En un compás de espera cada vez que tocaba el balón. La afición del Real Madrid le temía y no estaba para más gritos, sino para aguantar la respiración hasta que terminara la jugada. Diez minutos antes de concluir la primera mitad a punto estuvo de marcar el segundo tanto, pero Iker Casillas estaba ahí y evitó que el partido quedara visto para sentencia. La segunda mitad empezó con un espontáneo, al igual que en la primera mitad, con gana de ganar dinero en las apuestas. Esta vez fue Mark Roberts, un británico acostumbrado a estas exhibiciones, el que saltó desnudo hasta que veinte miembros de seguridad se lo llevaron en volandas. De ahí al final del partido, y tras recordarle el sector más radical de la afición a Joan Laporta que España es su nación, no hubo más que un par de pitadas más a Eto'o, aderezadas con aplausos a los fantásticos dos golazos en jugada personal de Ronaldinho, que arrancó el reconocimiento de los seguidores del Real Madrid.

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