Old Trafford no puede con un Villarreal que se mantiene de líder (0-0)
Pese a no contar ni con Riquelme ni con Forlán, sus dos estrellas, el Villarreal impartió una lección de modelo, estilo, trabajo, madurez y orden en el mítico Teatro de los Sueños. Sufrió mucho menos de lo imaginable para cosechar un valioso empate ante un Manchester United que no dio la talla y al que durmió con su exquisito trato del esférico. El Villarreal utilizó su gran arma, el balón, para frenar las acometidas del impetuoso Manchester a lo largo de un duelo en el que apenas ocurrieron acciones reseñables. En su primer año entre los más grandes, sigue invicto después de cinco jornadas y tiene todo en su mano para acceder a octavos de final. Le basta con el empate pero si gana al Lille en El Madrigal, incluso sería líder de grupo. En toda la primera parte, Barbosa, inseguro por arriba, sólo tuvo que lucirse para abortar una genialidad de Rooney. El diezmado equipo de Pellegrini, paciente como ninguno, concentrado al máximo y fiel a la idea que le trajo hasta aquí, llegó acumular hasta dos minutos consecutivos el balón en su poder y silenció a la hinchada local, más fría que de costumbre. Cortó el suministró a Van Nistelrooy y frenó las internadas por la izquierda de Cristiano Ronaldo. Gonzalo, inmenso Defensivamente impecable y con un Gonzalo inmenso, al Villarreal le faltó asustar alguna vez en ataque, amenazar a la escuadra de Ferguson para evitar que se fuera arriba con demasiada alegría. En todo este período inicial, sólo dispuso de una ocasión y la desaprovechó Roger al estrellar al balón contra la barrera en un apetecible golpe franco. Poco, más bien nada, cambió el decorado tras el descanso. Sólo hubo un momento, tras alguna tángana en la que jamás debieron entrar los castellonenses, en el que el público al fin se encendió y espoleó a los suyos. Pero con este acelerón apenas inquietaron con un centro de O'Shea que se envenenó y casi sorprende a Barbosa y con un mal cabezazo de Ronaldo, tras magnífico centro de Brown.