El chiflo más cazurro
Dos emprendedores de Villar de Mazarife inventan el «Chiflatón», una bocina simple, económica y bastante potente para hacerse oír en eventos deportivos, protestas o fiestas «Nos encantaría h
«¿Quién grita más con el mínimo esfuerzo?». Dos leoneses pretenden revolucionar el mundo de las bocinas para los espectáculos deportivos, fiestas, eventos y protestas con este lema. Se esfuerzan desde que hace una semana salió al mercado en promocionar y dar a conocer el Chiflatón , un ingenioso artilugio para quienes acuden a alguna de estas actividades a participar más allá de meros espectadores. El Chiflatón , marca registrada y con patente oficial, es invento del ingenio de dos amigos de la localidad de Villar de Mazarife, Lorenzo Otero, autónomo de la hostelería y carbonero, y Eloy Carbajo, trabajador por cuenta ajena. «Somos aficionados al deporte, y un día comenzamos a hacer pruebas con tubos de PVC y una membrana, hasta que dimos con el diseño y el sonido», explica Lorenzo. Y es que el artilugio, que logra un considerable grado de decibelios no apto para lugares pequeños y cerrados no es otra cosa que un tubo que se abre en forma de trompeta al final, con una pequeña boca para soplas y en cuyo extremo anterior se coloca un simple globo de los que los niños usan en los parques para llenar de agua y tirarse unos a otros. Es llamativo, azul y amarillo, los colores de Fernando Alonso, cuyo tirón sus inventores confiesan haber aprovechado a propósito. «Las bocinas de bombona contaminan y se acaban, además de ser caras, y en las otras hay que soplar muy fuerte y cansan. Esta es económica y ecológica, no es un objeto peligroso en recintos deportivos ni engorroso de manejar, soplar o llevar: coge en un bolsillo y es como si fuera un paquete de tabaco o un teléfono», explica Eloy, ya metido con Lorenzo en las harinas de la comercialización. Son emprendedores y han creado una empresa para producir los chiflatones y venderlos. «Nunca antes habíamos sido inventores, pero si esto resulta nos motivará seguro a hacer más cosas que puedan surgir; aunque hoy está inventado casi todo», reconocen. «Cuesta tres euros sólo. ¿Os parece caro? Es para toda la vida, el mantenimiento vale un céntimo, que es lo que cuesta un globo de estos en un quisosco y el aparato es para toda la vida: las bocinas más baratas valen seis euros», destaca Eloy. «Estuvimos en una feria de inventores de toda España en Villagarcía de Arosa, en Galicia, y aunque allí cobramos cinco euros nos los quitaban de las manos y causó sensación: arrasó, fue lo que más se vendió», añade Lorenzo. Lleva una semana en el mercado y ya están ilusionados: «Al del Chupa Chups nadie le dijo que iba a hacerse multimillonario y mira... ojalá esto sea igual» afirman a coro. El Chiflatón es un producto «cazurro» cien por cien. Se fabrica en una industria del polígono industrial de Villaquilambre. Lo sacaron al mercado hace siete días y las cinco mil unidades de la primera edición del ingenio están siendo distribuidas inicialmente por Distribuciones Goyo en quioscos, bares, tiendas y demás comercios del ramo, «aunque hasta ahora la gente a penas sabe para qué sirve cuando lo ve, hasta que no hagamos la promoción adecuada y funcione el boca a boca», mantiene Eloy, más ducho en la tarea comercial pero no con más entusiasmo y fe del éxito de su novedosa bocina que Lorenzo. De momento, explican, ellos mismos probaron el ingenio en el partido Cultural-Real Sociedad, el 30 de octubre. «Con dos sólo, se oía de punta a punta del Amilivia», resalta Lorenzo. Ambos sueñan con que en poco tiempo este estadio y el Palacio de Deportes estén llenos de su ingenio para animar a los equipos leoneses. El que quiera probarlo virtualmente, en www.chiflaton.com .