Un triunfo de esos que endurecen (71-64)
León supera a un Calpe que respondió a lo esperado en un partido duro y muy táctico Aranzana: «Era un día raro y un partido complicado, pero fuimos serios»
Todos los pronósticos se cumplieron y el Aguas de Calpe no le puso nada fáciles las cosas ayer a Baloncesto León. Fue un partido con mucho físico en la pista y con mucha táctica ideada desde los banquillos, por lo que el espectáculo no fue brillante, pero sí rico en materia baloncestística. En la cancha había mucha experiencia y también en los banquilos, por lo que el partido derivó a unos planteamientos más propios de ACB y más tirando a play off que a un partido de noviembre. Lo importante es que León sumó de nuevo y sigue invicto en el Palacio a falta de cuatro jornadas para cerrar la primera vuelta. Desde los primeros compases ya quedaron claras esas premisas. Iba a ser un partido duro, táctico, con dos equipos con hombres curtidos en mil batallas que no dejarían al rival hacer su juego. Por dentro el dominio inicial de Griffith era tremendo y Barnes sufría y mucho ante un gigante -campeón de Europa- castigado por las lesiones, lo que le llevó a ir a menos a medida que avanzaba el partido, aunque aguantó 29 minutos en el parqué. Los primeros minutos fueron de atasco total por los dos equipos y sólo en los últimos compases del cuarto las cosas se empezaron a animar. En León la conexión Mills-Bernabé funcionaba una vez más para que el estadounidense anotase bajo el aro las asistencias del alicantino, pero en este partido no era fácil correr porque el Calpe no estaba dispuesto a permitirlo y porque reboteaba bien en ataque a manos de Griffith -acabó con once capturas, siete de ellas en ataque-. León alcanzó una ventaja máxima de nueve puntos (19-10) pero el rival no tardó en limarla rápidamente. En el segundo cuarto las rotaciones se sucedieron frente a un Calpe que hacía cada vez más pegajosa su defensa. El conjunto leonés se vio colapsado adelante -estuvo más de cinco minutos sin anotar- pero atrás tampoco encajaba, por lo que el partido se vivía como una guerra táctica sin que el marcador avanzase más que muy tímidamente. Y León encontró una vía de salvación al poner dos bases en la cancha, lo que le ayudó a desatascar las cosas e irse al descanso con ventaja (35-33) gracias a dos triples de Dani y Barry que anularon la ventaja que había llegado a lograr el rival (23-26) en pleno atasco anotador. Tras el paso por los vestuarios León vivió su momento más plácido porque arrancó el cuarto con dos triples consecutivos de Panadero que impulsaron un parcial de 8-0 (43-33). Pero el Calpe se recompuso rápido y atrás volvió a sus alternativas defensivas que tanto daño hacían en Baloncesto León. El rival al menos palió el temporal y consiguió que los de Aranzana no rompiesen el partido, aunque Griffith iba a menos y eso facilitaba las cosas a un León que vio como Mills se iba precipitadamente al banquillo con la tercera falta, algo que acusó el equipo con un parcial en las últimas jugadas de 0-4 para el Calpe. León afrontó de este modo con diez puntos de margen un último cuarto en el que las cosas estaban por decidir. Paco Olmos mantuvo su zona y la dureza que se vivía sobre la cancha la pagó duramente el ala-pívot catalán Dani García, que tuvo que ser retirado en volandas hasta el banquillo, con un fuerte golpe en su gemelo derecho. El jugador no volvió a salir a la cancha y eso empezó a condicionar las rotaciones de Baloncesto León y también su juego, porque se vio privado de un hombre alto que ayuda y mucho a abrir las defensas gracias a su buena muñeca. Scooter Barry sumó cinco puntos consecutivos y elevó la ventaja a los trece puntos (59-46) pero aún había mucho por delante. Los árbitros miraban con lupa la defensa en la pintura de León y dejaban hacer con total impunidad en la del Calpe, por lo que el equipo de Aranzana tenía problemas para anotar, porque se generaban errores imcomprensibles de los leoneses bajo el aro que sólo eran fruto de empujones o golpes. Aranzana optó por volver a jugar con dos bases pero Maluenda hizo mucho daño con dos triples (65-61), por lo que el técnico recompuso las cosas sobre la cancha y puso a Bulfoni sobre el inspirado escolta del rival para pararlo. Hubo aún momentos difíciles con una serie de decisiones arbitrales muy protestadas por los árbitros y por el banquillo local, pero León no se descompuso y con un triple de Bulfoni recuperó parte de la ventaja (68-61) para jugar con tranquilidad los últimos dos minutos. Aún así a Higgins le cayó la tercera falta y curiosamente las tres señaladas ayer fueron todas en ataque. Para mirar el tema con lupa... El pívot tiene un problema y lo había dejado claro minutos antes un rival, Liñán, cuando corrió la pista protestando a un árbitro para pedirle una falta de Higgins porque había tropezado con él cuando León subía el balón. Mientras, el partido se fue consumiendo porque León tiene rigor y experiencia y a nadie se le fue la cabeza. El domingo, toca el Inca.