FÚTBOL INTERNACIONAL
George Best logra reunir en Belfast a treinta mil católicos y protestantes
Irlanda del Norte dedicó ayer un emotivo funeral a su héroe más popular, el futbolista George Best, cuyo féretro recorrió las calles de Belfast entre aplausos, antes de la ceremonia que le dio el último adiós en el Parlamento, uniendo por un día a católicos y protestantes. A pesar de la lluvia, unas cien mil personas se congregaron en las calles de la ciudad, a lo largo de los cinco kilómetros que atravesó el cortejo fúnebre entre la modesta casa familiar de los Best en Cregagh, el este protestante de Belfast, y el Parlamento de Stormont. Al son de una gaita, el único hijo de George Best, Calum, y su madre Angie, la primera mujer del futbolista, recibieron al cortejo en el parque de Stormont, en presencia de unos 30.000 admiradores. Tras un minuto de silencio, seis ex internacionales de Irlanda de Norte que jugaron con Best, entre los que estaban Denis Law y Gerry Armstrong, cargaron el féretro de su amigo, antes de ser relevados por parientes del fallecido. «George era un chico de aquí, tenía carisma, talento, pero también una gran debilidad, el alcohol, era un héroe trágico», declaró Dawn Purvis, secretario de un pequeño partido político local, que quiso rendir homenaje al que fuera, en los años 60, la primera estrella del fútbol en las islas británicas. En el gran vestíbulo del Parlamento, 300 invitados asistieron a una ceremonia en memoria de Best.