Orbaiz rescata en el descuento al Athletic para sumar un punto

Un remate de Orbaiz en el minuto 95 de partido dio el empate al Athletic en un partido agónico para los bilbainos, que no vieron la puerta del Atlético de Madrid en todo el encuentro. Era el punto y final a un partido marcado por la desesperación. Era inevitable. El Athletic, último, buscaba el resultado que le sacara de forma momentánea de esa guerra de guerrillas que es la lucha por evitar el descenso; el Atlético, necesitado de justificar el derroche económico del verano con buenos resultados que le acerquen a Europa. Así, el partido no podía ser bueno. Era necesaria la victoria y valía cualquier cosa. Con este planteamiento, el buen fútbol pasaba a un segundo plano. Era más necesario el proyecto práctico, el de llegar cuanto antes al área contraria para intentar materializar un gol. Conclusión: el balón volaba. Se pasó todo el partido yendo y viniendo por el aire, de cabeza en cabeza. El pase largo era la única opción viable para los dos atléticos. Pero con una diferencia. La primera que tuvieron los madrileños, Kezman fusiló a Aranzubia. Eso tuvo un doble efecto. La relajación llegó a los colchoneros. Sabedores de su ceguera goleadora de esta temporada, el tanto del serbo-montenegrino era un bálsamo. Ahora, Bianchi podía colocar a sus jugadores para ir al contraataque. Mientras, el Athletic buscaba el gol. Lo baso a la épica, a la raza, a ese empuje de la hinchada rojiblanca cuando anima. Pero los leones ya no son tan fieros como antaño. Están ateridos por la responsabilidad, la misma que durante 107 años ha tenido el club. Por eso, con el sentimiento a flor de piel, los bilbaínos atacaron con más corazón que cabeza. Etxeberria buscaba una y otra vez la banda; Urzaiz, se encontraba con Falcón -sustituto del lesionado Franco- y Prieto regalaba los cabezazos. La salida de Julen Guerrero tampoco parecía aportar nada. El Athletic no veía puerta y el Atlético esperaba una genialidad de Ibagaza, que volvía al once, para sentenciar el partido. El Caño, en su enésima oportunidad con los colchoneros, dejó retazos de su calidad. Pero apareció Orbaiz para salvar al Athletic y acercarlo a la salvación.