Florentino despide a Luxemburgo

Once meses y cuatro días después de aterrizar como un Capello a la brasileña, Vanderlei Luxemburgo fue destituido ayer domingo como entrenador del Real Madrid por su incapacidad para manejar la plantilla y su obcecación en jugar a la defensiva. Tras Mendilibar en el Athletic, se convierte en el segundo preparador de Primera que no se come el turrón. El brasileño, quien se irá con sus cuatro colaboradores brasileños previo pago de sus contratos hasta el 30 de junio de 2006, deja el equipo a seis puntos del Barça y con cinco derrotas en 14 jornadas. No mejoró ni de lejos a Del Bosque, tampoco a Queiroz y ni siquiera a García Remón. Con Camacho no se le puede comparar porque el ciezano dimitió cuando entendió que ni los jugadores le obedecían ni el presidente le concedía plenos poderes para mandar. Huérfano de títulos desde hace más de dos años y con el cerco cada vez más estrechado, Florentino Pérez confía provisionalmente su sexto proyecto en los banquillos al lebrijano Juan Ramón López Caro, que ayer dirigió el triunfo del Real Madrid Castilla en feudo del Nastic (0-1) y el martes se estrenará en el intrascendente partido de Liga de Campeones ante Olympiacos. «¡Qué Dios me ayude!» «¡Qué Dios me ayude!», exclamó el nuevo técnico antes de conocer oficialmente el ascenso de su vida. Aseguró que no le asusta el reto de dirigir a la plantilla representativa de un club con 318 millones de euros de presupuesto y reforzada merced a los 90 millones invertidos en los fichajes de Robinho, Baptista, Ramos, Pablo García y Diogo. Se trata de un técnico puente que, sólo si los resultados acompañasen, aguantaría hasta final de temporada. Luego, Florentino Pérez confía en poder contratar un entrenador contrastado, con Ancelotti, Capello, Wenger, Mourinho, Van Basten y Eriksson en las quinielas. Si el panorama no mejora radicalmente antes de Navidades con el hasta ahora preparador del filial, el presidente baraja opciones como Víctor Fernández o Irureta, actualmente en paro. Después de una semana con apariciones muy medidas en las que una y otra vez ratificó al entrenador y aseguró confiar plenamente en él Pérez estalló ante el Getafe. «Me lo cargo, no aguanto más», aseguran que espetó desde el palco nada más concluir el choque, a pesar del pírrico triunfo de su equipo. En realidad, 'Luxa' estaba con la soga al cuello desde el 0-3 ante el Barça. Tras el partido de Getafe, el orgullo de Pérez dijo basta y a partir de ahí comenzaron los mecanismos para formalizar la destitución. Ya por la noche se reunió con Arrigo Sacchi, director de fútbol, y el vicepresidente, Emilio Butragueño, para trasladarles su pensamiento, intercambiar alguna opinión y exigirles que pusieran en marcha el 'gabinete de crisis'. Si no le fulminó el mismo sábado fue porque quiso ser fiel al principio de no tomar decisiones drásticas en caliente. Luxemburgo ni siquiera dirigió ya el entrenamiento de recuperación programado para ayer domingo. Florentino Pérez convocó una reunión de urgencia de la junta directiva para las siete de la tarde. Allí, tras aducir razones técnicas, les informó de la doble decisión tomada, hecha oficial tres horas después. A partir de este momento, Luxemburgo negocia ya su finiquito, unos tres millones de euros. Su sustituto regresaba urgentemente a Madrid, procedente de Tarragona. El lunes, a primera hora, el nuevo inquilino del banquillo tendrá que viajar con la primera plantilla a Atenas, donde los blancos cierran con un trámite la primera fase de la Liga de Campeones. En la lista de convocados hay diez canteranos. ¿Llegan nuevos tiempos?.