EN CAN BARÇA
El Barcelona no encuentra rival
CAPAZ de sobreponerse a la ausencia por lesión de uno de sus cerebros e incluso de su propio entrenador, el Barcelona obtuvo una victoria de prestigio en Villarreal (0-2) que le sirve para continuar con paso firme su camino hacia un nuevo título de Liga y que demostró que el equipo azulgrana tiene capacidad de sacrificio, unas dosis de fortuna y oficio. El Barça se abonó a lo práctico y dejó para mejor ocasión la brillantez demostrada en otras ocasiones. Ronaldinho y Eto'o no lucieron, los goles llegaron de rebote y el árbitro también echó una mano, al no señalar un claro penalti de Víctor Valdés a Sorín. En un partido áspero y muy táctico, los elementos también se conjuraron a favor del Barça, dirigido desde el banquillo por Henk Ten Cate y Eusebio ante la enfermedad de Frank Rijkaard. Con nueve victorias consecutivas (siete en Liga y dos en la Champions), el Barcelona no encuentra un rival que sea capaz de frenarle. Había ganado en el Bernabéu (0-3) y goleado a todo el que pasaba por el Camp Nou, por eso el partido de El Madrigal se presentaba como una buena ocasión de comprobar su verdadera capacidad. Era, al fin y al cabo, el campo más complicado que podía visitar el Barcelona. Y despachó el compromiso con solvencia. De nuevo dejó su puerta a cero (en el último mes sólo ha recibido dos goles, ambos de penalti), anuló las líneas maestras del rival (especialmente a Riquelme) y encontró en Thiago Motta el sustituto inesperado de Xavi, lesionado de gravedad. Cuando todos los análisis apuntaban a Andrés Iniesta, el cuerpo técnico azulgrana apostó por un perfil más recio y con más recorrido, el de Motta. Curiosamente, el italobrasileño también sufrió una lesión muscular que le obligó a dejar el partido. Quizá debido a la falta de Xavi el Barça no ofreció un juego fluido, pero el partido sirvió para comprobar uno de los síntomas apuntados desde la pretemporada: el año pasado el Barcelona tenía equipo; ahora tiene, además, plantilla. No encuentra rival el Barça, y no parece que el calendario más inmediato sirva para cambiar su dinámica ganadora: el miércoles disputará un partido de trámite ante el Udinese, luego recibirá al Sevilla y más tarde viajará a Cádiz.Si el Barca continúa en esta línea, ganando de una manera u otra, como si la victoria fuese una obligación y no una posibilidad, habrá que esperar unos cuantos meses para encontrar un equipo que le derrote con claridad.